Pues sí, en efecto, la Final de Copa entre Barcelona y Real Madrid va a pillar a algunos de nuestros muchachos del circuito europeo en tierras asiáticas. China, para ser más exactos. Y lo que es peor, por aquello del cambio horario, se juega sólo unas horitas antes de que se inicie la primera jornada del Volvo China en el Luxehills International Country Club (Chengdu, China)…
Así es. Hay que sumarle seis horitas a esas 21,30 horas en que da comienzo en la península el partido. En Chengdu serán las 3,30 de la madrugada del jueves y el primer partido sale a las 7,20 horas de la mañana.
La afición futbolera no es la misma entre los siete españoles que están allí (Sergio García, Pablo Martín, Pablo Larrazábal, José Manuel Lara, Rafael Cabrera Bello, Nacho Garrido y Alejandro Cañizares). Sin embargo, quien más quien menos se las va a ingeniar para poder ver el partido. Alguno, eso sí, se encuentra con el serio inconveniente de tener que jugar en el turno matutino. Es el caso de Garrido y Cabrera Bello (ambos salen a las 8,40 de la mañana). Ninguno de los dos se va a pegar el madrugón para, justo después del partido, no poder siquiera echarse una última cabezadita antes de marcharse al campo a jugar.
Mejor lo tienen Sergio, los dos 'pablos', Lara y Cañizares. Ninguno sale antes de las 12,40, hora en la que inician su partido Martín y Lara. De hecho, Sergio ya ha dicho que lo va a ver: "esta noche veré la final de la Copa del Rey aunque duerma poco, no va a ser fácil contra el Barcelona, el mejor equipo del mundo", en declaraciones que nos remite nuestra compañera María Acacia López-Bachiller. Tampoco podrán juntarse todos para verlo, pero hay quien no descarta una escapada a la habitación de otro para así poder comentar con alguien las jugadas. Eso sí, de manera moderada, no vaya a ser que en la habitación de al lado esté, por ejemplo, un Anthony Wall al que ni le va ni le viene el partido.
Ni que decir tiene que la bandera azulgrana será enarbolada por Pablo Larrazábal y José Manuel Lara, mientras que Sergio, Pablo Martín, Cañizares y Cabrera Bello tiran por lo merengue. García, por ejemplo, ya vio el Madrid-Barça de Liga en tierras chinas, en la madrugada del domingo alli, a las 4,00 horas.
¿Y qué pasará con el resto de los clásicos? Pues aquellos que decidan agarrar el petate y viajar a Corea tendrán el mismo problema horario la próxima semana para el partido de ida de las semifinales de la Liga de Campeones. La cosa cambia, y de qué manera, dentro de dos semanas para el partido de vuelta, que se disputa en el Camp Nou. Coincide con el Open de España, que además se juega en Barcelona. Se pueden imaginar cómo se va a vivir ese partido.
Hace dos años ya ocurrió algo parecido. Se jugaba el Open de España en el PGA de Catalunya y el sábado del torneo coincidió con el Real Madrid-Barcelona de Liga que acabó 2-6. Hubo guasa. Al año siguiente, el madridismo pudo desquitarse. Fue también en el Open de España, esta vez en Sevilla. Se jugaba la vuelta de las semifinales de la Champions y el Barça quedó eliminado a manos del Inter.
