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El español juega la tercera ronda con Jordan Spieth

Un picante que le gusta a Larrazábal

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Pablo Larrazábal encontró en el hoyo 18 el premio que tanto había buscado (y merecido) durante los siete hoyos que ha jugado esta mañana para completar su segunda vuelta en Abu dhabi. Al final, en la última curva, con la línea de meta encima, el golfista español consiguió el birdie. Pudo y debió haber llegado mucho antes, lo mereció su juego, pero la bola se mostró hoy juguetona cada vez que merodeó el hoyo. Hasta tres bordes ha tocado en siete intentos. No está mal.

El del 18 cayó, aunque casi hay que decir que no le quedaba más remedio. Cayó por derribo. Larrazábal conectó un golpe extraordinario de tercero y se dejó una opción de birdie de un metro. Eso sí, antes de caer al fondo de la cazuela se dio un emocionante paseo por el borde. Juguetona.

Ese birdie, el birdie de la consistencia, le ha permitido a Larrazábal acabar con un total de tres bajo par y jugar la tercera ronda, que se está desarrollando en partidos de tres, con Jordan Spieth, Número Uno del mundo. Siempre es una motivación extra jugarse una ronda de golf con uno de los gallitos del planeta, pero si hay alguien que habitualmente se encuentra cómodo en estas situaciones, ése es Larrazábal. Sin ir más lejos, logró la victoria aquí hace dos años en pleno combate con Phil Mickelson y Rory McIlroy.

Pablo conoce bien a Spieth. No en vano se cruzaron hace dos años en el WGC Accenture Match Play. La victoria cayó del lado del texano, pero el barcelonés llegó hasta el hoyo 17. De aquel partido, Larrazábal salió con la convicción de que había visto a uno de los próximos mejores jugadores del mundo. Spieth por aquel entonces ya era muy bueno, pero no había conseguido los grandes y aún no había accedido al top ten mundial.

En cuanto a su golf, Pablo se está mostrando fino y está tranquilo. Un año más ha preparado la temporada para llegar en el mejor pico de forma posible a los majors, y más concretamente al Open Championship. Esto no quiere decir, obviamente, que si algo se cruza antes por el camino se lanzará a muerte a por él, pero la realidad es que no está todavía al ciento por ciento de su potencial. Esta circunstancia le permite jugar con más tranquilidad, situado las siempre complejas expectativas en el lugar adecuado.