Dos torneos ha jugado Jon Rahm como profesional en la comunidad de Madrid y los dos los ha ganado. El primero fue el Open de España de 2018 en el Centro Nacional y el segundo fue, revalidando título, el Mutuactivos Open de España en el Club de Campo Villa de Madrid. El mismo torneo, en dos campos diferentes. Lo único que se repite es la ciudad. ¿Qué tiene Madrid que tanto inspira al golfista de Barrika?
Pues bien, más allá de que se encuentra muy a gusto jugando en España, que el público lo lleva en volandas y que se trata de un extraordinario jugador que puede ganar en cualquier campo en cualquier momento, lo cierto es que hay una curiosidad que se esconde detrás de estos dos triunfos. La Federación de Golf de Madrid ha desvelado en su web oficial el pequeño gran secreto que hay oculto tras estos éxitos.
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Resulta que Jon Rahm se encuentra en Madrid como en casa, y la expresión en este caso es prácticamente literal. La capital de España se sitúa prácticamente a la misma altura sobre el nivel del mar que Scottsdale, Arizona, donde habitualmente reside y entrena el golfista vizcaíno. Así, cuando tiene que jugar en Madrid casi podría hacerlo con los ojos cerrados. No necesita ningún tipo de ajuste. Juega los mismos palos que en Scottsdale, las mismas distancias.
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Lo explica así el propio Rahm: “Es muy curioso, pero cuando llegaba a Madrid a jugar, un lugar donde la altitud ya es un factor a tener en cuenta, me encontraba con que las condiciones eran casi idénticas a las que tengo en el campo de Scottsdale donde más vueltas de entrenamiento juego a lo largo del año, el Silverleaf Country Club, muy cerca de mi casa”.
Para concretar los datos, el Silverleaf Country Club de Scottsdale, principal campo de entrenamiento de Jon, se encuentra a 626 metros por encima del nivel del mar, el Centro Nacional está a 678 y el Club de Campo sube a 635. Es decir, las condiciones, más allá de otros factores meteorológicos coyunturales, son idénticas. Por este motivo, la adaptación golfística de Rahm cuando pisa Madrid es prácticamente inmediata.
Como curiosidad, Rahm tiene calculado que en los campos situados a esta altura la bola vuela un cinco por ciento más que si estuviéramos al nivel del mar.
