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Un torneazo en toda regla y un ligero paso atrás…

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El BMW PGA Championship que comienza mañana en el recorrido Oeste de Wentworth es el ‘buque insignia’ de los torneos del circuito europeo (si acaso junto a la Final de la Race en Dubai, que reparte más premios), al margen de los Grandes, por supuesto, y más concretamente del Open Championship…

Este año compiten en el legendario recorrido de Virginia Water (Surrey, Inglaterra), a poco más de treinta kilómetros al suroeste de Londres, 39 jugadores del top-100 mundial, así como 18 del top-50, ocho del top-25 y cuatro del top-10, entre los que por supuesto se encuentran los Números 1, 2 y 3 del mundo (McIlroy, Donald y Westwood). Como se ve, es un torneo que defiende su alcurnia y su nivel él solito…

Sin embargo, de un año a esta parte se ha dado un sustancial cambio en la filosofía que, precisamente, trató de inyectarse justo hace doce meses, aprovechando la boyante posición de los jugadores estrella del European Tour en el ranking mundial. Una situación que sigue dándose a día de hoy.

Hace un año el circuito, a través de sus dirigentes y de sus principales jugadores, debidamente aleccionados, enviaron un mensaje claro: el objetivo era hacer de esta cita, en un tiempo récord, el Quinto Grande del calendario. Una bandera que hasta entonces sólo había enarbolado el The Players, precisamente su torneo ‘gemelo’ al otro lado del Atlántico.

Así, no dejaron de escucharse allí, en Wentworth, todo tipo de declaraciones en las que se repetía hasta la saciedad este lema: «si queremos que este torneo sea el Quinto Grande…». Fue una auténtica fiebre, un calentón, una revolución en toda regla… Que pronto ha quedado en nada.

De hecho, el rediseño de Ernie Els del legendario campo (1926, año de apertura) ya respondía de alguna manera a esa idea, todavía latente. Y en 2011 se buscó una preparación que de algún modo recordase a los ‘majors’. Por ejemplo, con la situación de unas banderas terroríficas en la tercera jornada, la del sábado, que generaron un intenso debate (quizá se pretendió subir los escalones de dos en dos…).

Algunos jugadores defendían que eran injustas en muchos casos y otros muchos, con Lee Westwood a la cabeza (todavía Número 1 en ese momento), retomaron la idea madre: «si queremos que este torneo sea un Grande no podemos asustarnos por la posición de las banderas», dijo. Otros como Donald y Els le apoyaron decididamente.

Este año, sin embargo, nadie ha vuelto a referirse al BMW con aquellas etiquetas. Antes bien, se ha retomado el par 72 del campo (el hoyo 12 recobra su dibujo natural de par 5, algo que por otro lado era necesario) y, en general, se ha dulcificado el mensaje. O mejor dicho, se ha obviado. Demasiado pronto se ha rendido el European Tour en una batalla que ya se presumía ardua y larga…

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