Pedro Oriol llega a la calle de prácticas del PGA Catalunya para iniciar su sesión vespertina de trabajo (también había estado trabajando por la mañana, ya que él no jugaba el Pro-Am). Llega casi a la vez que Miguel Ángel Jiménez y José María Olazábal…
Chema y Miguel sí han jugado los 18 pertinentes por la mañana junto a sus respectivos equipos de amateurs. En el tiempo que Oriol pega un cubo de bolas Olazábal casi ha consumido tres. Es una ametralladora. Jiménez, por su parte, está pasando una revisión de chapa y pintura junto a Jamie Gough, el entrenador que le mira el swing cuando Miguel nota que algo no termina de ir bien del todo…
Prácticamente recogen los bártulos todos a la vez y se dirigen a rematar la sesión de trabajo en el putting green. Es como si se hubiesen puesto de acuerdo, pero no es así. También terminan casi a la vez de patear. Y sí, finalmente Oriol lo reconoce: una vez que ya había coincidido con los maestrsos le picaba un poco en el orgullo marcharse antes que ellos de la ‘oficina’. No puede decirse que eso sea una mala rutina ni que le pueda ir demasiado mal al madrileño…
Por cierto, mientras están pateando, Chema se acerca a Oriol y le dice: “vaya ruido que estabas haciendo en el campo de prácticas. Me he asustado. Por un momento creía que venía una tormenta…” El gran capitán se refiere, claro, a los mandobles supersónicos de ‘Pit’ con el driver en las manos. Y lo cierto es que impresiona verlo sacando la bola del campo de prácticas. Bolas allá, al fondo, muy muy lejos, dejando la hierba segada atrás, muy atrás…
