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Velasco, o la pasión solo aparentemente controlada

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Marcel Siem (-8) es el líder indiscutible del Trofeo Hassan II después de la primera jornada, suspendida por falta de luz pero con un solo partido en el campo.

El día se hizo más largo de lo esperado en el Golf du Palais Royal por culpa del viento.

Demasiadas bolas que perder o que ir a buscar y demasiadas dudas por momentos, lo que nos llevaba a un retraso asegurado. Hubo vueltas que rondaron las cinco horas y media, pero dentro de lo malo el turno vespertino ha salido claramente favorecido, pues la intensidad del viento fue bajando paulatinamente hasta convertirse en una brisa más o menos molesta, pero brisa al fin y al cabo (1,72 golpes más asequible).

Siem lo ha bordado. Y además ha tenido muchas suerte. Lo decía el propio jugador. Era de esos días en los que sale todo. De hecho, el alemán pasó el duro tramo de los hoyos 2, 3 y 4, los más expuestos a un viento demencial en contra, con un parcial de tres menos, haciendo eagle al 3, desde la calle, y un birdie mayúsculo al 4. Después, como remate, embocaba desde el bunker en su último hoyo del día, el 9, cuando aquello apuntaba a bogey más que a otra cosa después de haber fallado la calle.

Álvaro Velasco (-5) ha sido el otro gran protagonista del turno vespertino y, en general, del día. El barcelonés ha sido el único jugador que ha entregado una tarjeta libre de bogeys, prueba de que la tarde tampoco era de tumbona, daikiris y mojitos. Y este 67 impoluto de Velasco nos brinda en este momento a los periodistas (y a ustedes, los lectores), una de esas historias que colman. Y es que el jugador español, que no tiene tarjeta del circuito europeo (la perdió en 2011) y que se dispone a afrontar con ilusión el calendario del Challenge Tour, ha entrado en este torneo por la puerta de atrás. En realidad, casi por el ventanuco de atrás. Porque él había solicitado una invitación, pero no se la dieron. Después, gracias a una serie de carambolas en forma de ausencias concretas, lo llamaron el mismo domingo por la tarde para que hiciera el petate.

Velasco no ha perdido la paciencia después de haberse ido por el desagüe tanta ilusión puesta por ser un top-100 del mundo (por poner una cifra). Y lo que es mejor: no sólo no ha perdido la pasión por este juego, sino que además la ha multiplicado, si es que puede hablarse así de algo tan subjetivo y difuso como la pasión, aunque la pintemos de rojo.

Cada cual se apasiona como buenamente puede. Álvaro no es un ejemplo de descoque o expresividad, da la sensación de tener siempre las emociones bajo control, pero sabe cómo ponerse a mil: desde el estudio y el análisis. No es una paradoja. Le apasiona trabajar su deporte casi de un modo científico, al modo que su admirado David Pelz, a su juicio el mejor profesor y divulgador de los entresijos del golf. Un libro de casi quinientas páginas de este gurú, en el que desentraña todos los secretos del putt, le ha hecho ver el juego de otra manera. O al menos, le ha marcado un camino con trazo firme y fosforito.

No ha sido esta su única inversión al respecto. De la mano de Alex Larrazábal, que se estrena esta temporada como mánager-profesor-consejero-entrenador con un incipiente e ilusionante grupo de jugadores, ha mejorado mucho su sistema de trabajo y sus resultados en los greenes.

Ahora, por suerte o por desgracia, todo esto hay que corroborarlo con algo más que este fantástico 67, porque restan 54 largos hoyos. De momento, las previsiones le favorecen, igual que a todo su turno de juego, puesto que marcan que el viento soplará mas bien por la tarde (Velasco juega por la mañana), aunque no con tanta intensidad.

Resultados Primera Jornada