Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Vértigo

Vértigo

Compartir

Da vértigo ponerse a jugar a la adivinanzas en los días previos a un torneo profesional de golf de élite. Así que, en vez de hacer predicciones, vayamos por delante con algunos hechos puntuales por si a alguien le sirven de pista.

Eduardo de la Riva ha trabajado duro en las tres últimas semanas. Duro y bien. Su último periplo sudafricano no terminó de la mejor manera.

Se había perdido un poco en un laberinto de frustraciones. Pero aquí en Agadir se le ve relajado y contento. Y este campo le encanta, le entra por el ojo.

– También resulta casi obligatorio colgarle el cartel de favorito a Pablo Larrazábal. No le viene grande la dimensión de jugador de alto standing bien ganada en Abu Dhabi ante lo más granado del golf mundial. Este es otro que además se inspira en el Palais Royal…

– En fin, para vértigo, el que produce el hoyo 2 de este vergel. Vaya par 3. La parte izquierda del green está prohibido mirarla. Para dejar la bola allí quietecita tienes que haber aprobado un master en funambulismo.

Si en golf el escenario es tan protagonista como el que más, qué decir cuando se juega el Hassan II en Agadir. El hoyo 2 es sin duda una de sus paradas insignia. Cuando sopla el viento en contra a veces ves a jugadores pegar el hierro 3 desde 150 metros. De hecho, hay un tee profundo y alejado que no se utiliza nunca. La consigna de los perros viejos en este hoyo es clara y concisa: «siempre hay que tirar larga y al centro de green. Pero siempre es siempre. Veas donde veas la bandera». Pue eso.

)

– Da vértigo también la ausencia de chuletas y antiguas cicatrices. Ya saben: en este campo a lo mejor se juegan en un año sólo diez rondas de golf…

Y las zonas de escape, que bien podrían bajarse algunas con tirolina… Y dan vértigo algunos tiros desde el tee. Quizá el del hoyo 4 sea uno de los que más. Si pierdes calle (aunque es más bien ancha), despídete de la bola, porque hay ‘bushes’ y uñas de gato (¿o son dientes de león?) para aburrir. El hoyo corre junto al mar y suele soplar un viento picante y virulento por momentos.

– Da vértigo que te cuenten que José María Olazábal ha entrenado más que nunca en las últimas semanas. Y eso que hacía un tiempo de perros allá en el norte. ¿Todavía nos sorprendemos con la capacidad de trabajo de este hombre? Todavía. Nunca dejaremos de hacerlo.

– Tampoco ha estado mal la sesión de hoy de más de tres horas a pico y pala de Alejandro Cañizares. «Trabajando la postura», nos dice. Nunca está satisfecho…

– Sigamos con el capi, Olazábal. Se ha dejado una barba bien cuidada por la que asoman algunos racimos de canas… «El abuelete soy, ¿no me ves cómo tengo la barba?», le dice a Íñigo Urquizu, que se reincorpora a su trabajo de caddie de Cañi después de un parón más que justificado a causa de los estudios. Anda finiquitando un Master, que hay que ir preparado por la vida…

– Vértigo el que siente por momentos Nacho Elvira, que juega por primera vez este campo. Ha salido a jugar 18 hoyos junto a un experto como José Manuel Lara y otro que también lo ha jugado y que de estrategia sabe mucho, Eduardo de la Riva. El problema es cuando en el tee del hoyo 7 uno, Lara, te saca un hierro 3, y otro saca el driver… «Estoy de prueba», avisa De la Riva. Ah, bueno. Elvira resopla en unos cuantos tees. Las salidas de los pares 3 son acongojantes. Hay que ir por el sitio, si no…

)