Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Victor Dubuisson demuestra que ahí hay madera…

Victor Dubuisson demuestra que ahí hay madera…

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No todos los Números 1 del mundo amateur llegan lejos en el mundo profesional. Pero no cabe duda de que es un fantástico indicio. Victor Dubuisson (-24), que en 2009 se convirtió en el primer francés en serlo, llama ahora a las puertas de la gloria después de ganar el Turkish Airlines Open, su primer triunfo como profesional. Tiene 23 años y, si nos atenemos a lo que hoy ha demostrado, un futuro rompedor por delante.

Ha ido a escoger un torneo inmenso para ganar, porque le va a abrir muchas puertas. La de los Grandes, por ejemplo (todavía no ha jugado ninguno como profesional). Ha dado el salto y lo ha hecho a su manera. Porque los técnicos y gurús de la Federación francesa, siempre tan encima y pendientes de la evolución de sus muchachos, nunca pudieron moldearlo ni llevarlo por la línea que ellos consideraban correcta. No había manera. Dubuisson se dejaba asesorar lo justo y siempre terminaba haciendo las cosas como él las veía y sentía.

Al margen de su evidente talento y del perfil de jugador completísimo que muestra, hoy ha subido tres escalones de golpe en ese otro aspecto que se hace imprescindible en el golf: el dominio de las emociones. Porque su juego no fluía este domingo como en las jornadas anteriores y, sin embargo, la lectura que se haga de su última ronda sólo puede ser positiva: después de encadenar nueve pares, como él ha hecho, un joven inexperto suele andar más cerca del desastre que de otra cosa. Pero el galo no perdía la compostura, salvando hasta cinco situaciones delicadas en los greenes con buenos putts cortos, y cambiando de marcha en el tramo final de la vuelta, donde firmaba tres birdies en los últimos cuatro hoyos.

Cada torneo resulta un paso más en la formación de un joven profesional, porque en cada uno de ellos se afrontan situaciones delicadas, horrorosas, complicadas, sencillamente imposibles, o bien toca lidiar con algún estado aislado de euforia. La personalidad se moldea y los nervios se van templando… Pero hasta que la realidad no te enfrenta a una situación como la que ha vivido hoy Dubuisson, no puedes saber con exactitud cuál será tu respuesta. Y la situación se las traía: partido estelar, Poulter a tu vera con el colmillo retorcido y el putt caliente, Tiger Woods por delante que te hace tres birdies en los seis primeros hoyos, un tal Rose que viene como loco… Mañana, Dios dirá, pero hoy la respuesta del francés ha sido magnífica. Resumen en VÍDEO de los mejores momentos de la vuelta.

Alejandro Cañizares (-14) ya sabe lo que es jugar junto a Woods. La vuelta no le va a traer buenos recuerdos en el futuro porque ha jugado una sobre el par cuando salía con la idea de cazar al líder, pero también él habrá aprendido algo de la experiencia, seguro. En realidad, su juego de tee a green ha vuelto a ser bastante ordenado, pero ha sumado la friolera de 34 putts. El castigo ha sido severo, pero es que en lo alto de la tabla no había miramientos y las tarjetas de 67 golpes, como la de Tiger, apenas valían para mantener el puesto en un Montgomerie Maxx Royal (Belek, Turquía) tan bonito como generoso.

Tiger, en efecto, se ha quedado lejos del ganador, pero nunca defrauda. Ha terminado tercero y, salvo el viernes, se ha mostrado muy irregular. Pero, como siempre, ha dejado sembrada la semana de golpes espectaculares, de arranques de genio fabulosos y de un espíritu competitivo a prueba de pifias y errores. 

Clasificación final Turkish Airlines Open