Bernd Wiesberger (-14) está jugando en Corea con una marcha más que el resto. Segundo 65 consecutivo del austriaco que le ha llevado a liderar el Ballantines con cinco golpes de ventaja sobre el segundo, Marcus Fraser (-9), después de la tercera jornada…
No hay duda alguna acerca de la clave de esta explosión en un campo, el Blackstone, que si bien hoy ha abierto ligeramente la mano, no es un recorrido al que se le pueda someter de este brutal modo (catorce birdies en 36 hoyos, sin errores en los últimos 41 hoyos jugados): Wiesberger ha sumado sólo 52 putts en las dos últimas rondas, habiendo cazado además mucho green. Este registro de 1,4 putts por green en 36 hoyos es una auténtica barbaridad.
El recital de hoy ha sido de escándalo. «Veía todas las líneas, ha sido fantástico», señalaba al finalizar. No es para menos, sobre todo después de embocar un putt de unos cinco metros para par en el hoyo 13, que mantenía el caldero en ebullición, y acto seguido otro para birdie desde unos siete metros, cuesta abajo, en el hoyo inmediatamente posterior, el 14.
Mañana se enfrenta al día más importante de su carrera. Él no ha ganado nunca en el circuito europeo, si bien el año pasado ya asomó la cabeza aquí y allá. La realidad de los hechos dicta ahora mismo que el resultado del austríaco deja la lucha por la victoria muy restringida. Si se piensa bien, podría valerle tranquilamente una tarjeta al par del campo el domingo. O puede que incluso algo peor.
Este registro ficticio obligaría al segundo a entregar un 66 para ganar. Miguel Ángel Jiménez (-7 y quinta posición), por ejemplo, quizá debería moverse en torno al llegar al 64. Y eso que lleva una semana para enmarcar, y de no ser por el factor-Wiesberger, estaría situado donde a él le gusta salir el domingo: «echando el aliento en el cogote al líder». Por cierto, la antología de juego corto del malagueño amontona los fascículos: mantiene el ciento por ciento de recuperaciones convertidas (14/14) después de 54 hoyos.
Todos van a esperar el momento de duda de Wiesberger. Al fin y al cabo es sólo un jugador el que tiene que fallar para que se le abran las puertas a un nutrido grupo de aspirantes, entre los que se ha metido hoy el ídolo local, Y. E. Yang (-5). Nunca es fácil rematar las victorias y se le puede hacer muy larga la vuelta decisiva si sale a conservar la ventaja.
Pablo Martín (+4) ha jugado hoy al par, pero mostrando de nuevo cierta solidez de tee a green.
