La mítica letra de Vicente Fernández debería ser canción de cabecera para todos y cada uno de los jugadores del circuito europeo. Ya saben, aquella de «Y volver, volver, volveeeer»…Cada semana vemos ejemplos de jugadores que salen a flote después de muchos meses, e incluso años, sumidos en el abismo. Parece que ya no están, que se han perdido para siempre, pero un buen día hay dos cables que conectan y la máquina vuelve a funcionar. Si hay interés y se pone empeño, se puede volver. El ejemplo esta semana se llama Marcel Siem, flamante ganador del Open de Francia…
Siem ha conquistado uno de los títulos más importantes de la temporada tras un soberbio despliegue en la última ronda. Ningún día ha estado fácil el Le Golf National, y hoy no iba a ser menos con la presencia de un viento constante. Los descalabros han sido numerosos. Además, por si hubiera poca presión para los líderes, Francesco Molinari se encargaba de dar cuatro giros de tuerca firmando un estratosférico 64 y colocando el liderato en un exigente -7. Quedaban más de dos horas para que terminaran los últimos partidos y en la casa club ya había una cifra más que seria a batir.
Siem, jugador temperamental donde los haya, ha manejado el día con mano de hierro. No ha cometido errores y ha ido aprovechando las oportunidades que se iba generando con una espléndida colección de tiros a green. Sin vacilar. Su único traspié llegaba en la salida del hoyo 18, con el torneo en el bolsillo. Pegaba la madera 3 desde el tee y se marchaba al rough. Pero tenía dos golpes de ventaja. Lo sabía y usó la cabeza. Jugó al bogey y asunto resuelto sin sufrir demasiado.
Había muchos jugadores con opciones de victoria y ha ganado el que mejor lo ha hecho. El más fiable. Así de simple. Uno tras otro han ido tropezando a lo largo del campo de minas del recorrido galo. Caía Anders Hansen, David Howell, George Coetzee, Ian Poulter y los últimos Henrik Stenson, con una tremenda liada en el 18, y Raphäel Jacquelin. Siem fue el único y mejor superviviente.
Con este triunfo, Siem superará en ganancias el millón de euros en 2012. Es la mejor temporada de su carrera de largo. El alemán venía avisando desde hace tiempo. Este año había sumado ya cuatro top ten y se había asomado a la victoria en varios torneos. Pero su vuelta no podía confirmarse hasta que lograra un triunfo. Y hoy lo ha hecho. Ocho años después de su primera y única victoria en el circuito europeo, el Dunhill Championship de Sudáfrica de 2004. Han pasado 3.087 días. Nunca es tarde para volver.
En el mismo proceso que Siem hay varios jugadores que se han dejado ver por la cabeza en este Open de Francia. Jugadores notablemente más importantes que el alemán y que también parecen inmersos en un largo, pero fructífero sendero de vuelta. Son los casos de Henrik Stenson, David Howell y Michael Campbell. El neocelandés ha terminado undécimo, su mejor resultado desde 2008. Son ejemplos constantes que ofrece este deporte. El golf siempre permite volver, ya que sus características permiten practicarlo al máximo nivel prácticamente a cualquier edad.
En cuanto a la Armada, el mejor en el Open de Francia ha sido José María Olazábal (+2). Curioso, otro jugador que está poniendo todo de su parte para regresar al máximo nivel. Empezaba con doble bogey en el hoyo 1 y a partir de ahí se rehacía con tres birdies consecutivos oara dejarse ver por el top ten. Sin embargo, un inicio negro de los segundos nueve hoyos (dos bogeys y un doble bogey) frenaban en seco cualquier recuperación. Ha finalizado en el puesto 28º, su cuarto mejor resultado del año.
En cuanto al resto, Gonzalo Fernández Castaño (+3), hoy 72; Nacho Garrido (+7), hoy 76; Rafa Cabrera Bello (+10) hoy 73 y Pablo Larrazábal y Carlos del Moral (+12), hoy 78 y 80.
