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El recuerdo emocionado del golf español hacia Manolo Beamonte

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Manolo Beamonte, junto al equipo español que compitió en 1996 en Pau en un match contra Francia. © RFEG
Manolo Beamonte, junto al equipo español que compitió en 1996 en Pau en un match contra Francia. © RFEG

Manuel Beamonte Cominges nació el 1 de octubre de 1930 en Vigo (Pontevedra) y falleció en Madrid el viernes 5 de octubre. “Manolo” fue el impulsor de la Federación de Golf de Madrid, a la que dedicó casi tres décadas como Secretario General, y el eterno capitán de los equipos de jóvenes españoles como miembro del Comité Masculino de la Real Federación Española de Golf. Por sus manos han pasado José Mari Olazábal, Sergio García, Álvaro Quirós, Gonzalo Fernández-Castaño, Rafa Cabrera-Bello y un sinfín de jugadores que todos, en mayor o menor medida, aprendieron mucho de él. Todos en la Federación de Madrid y quienes tuvieron el privilegio de estar cerca de él se enriquecieron con su principal activo, su pasión por el golf.

Ignacio Guerras, presidente de la Federación de Golf de Madrid: “Manolo Beamonte fue el creador y el padre de la FGM, involucrado al 100% en hacer crecer nuestro deporte. A nivel personal, todo lo que yo sé y puedo hablar de golf se lo debo a él, ha sido mi padre golfístico. Una persona a la que he tenido mucho cariño y respeto porque me ha demostrado conocer este deporte como nadie en este país. Siempre tengo presente la anécdota cuando hacía los exámenes de hándicap en la sede de la calle Capitán Haya con un hierro 2, sabedor de que cada vez que hacía un swing, el palo pasaba a dos centímetros de la puerta de cristal y a dos centímetros de la cabeza de alguno. Alucinaba a los alumnos y luego en las clases prácticas les hacía mil bromas más. Manolo era un ser excepcional que se hacía querer”.

Gonzaga Escauriaza, presidente de la Real Federación Española de Golf: “El golf español le debe mucho a Manolo, era una buenísima persona y un enamorado de nuestro deporte, al que dedicó su vida”.

José Mari Olazábal: “Qué lástima, qué tristeza. Con todo el respeto a los demás, Manolo Beamonte fue mi mejor capitán de mi etapa amateur. Era una persona entrañable, humano, muy cariñoso y un gran educador. Un padre para cualquier chaval que tuvo la suerte de formar parte de sus equipos. Siempre le recordaré”.

Olazábal: “Qué lástima, qué tristeza. Con todo el respeto a los demás, Manolo Beamonte fue mi mejor capitán de mi etapa amateur»

Sergio García: “Me vienen muchos recuerdos a la memoria de todos los torneos que compartí junto a él durante mi etapa amateur. Pasamos mucho tiempo juntos y vivimos muchas anécdotas, como cuando conducía en Inglaterra por el lado izquierdo que pasamos un poquito de miedo. Cómo vivía el golf, cuánto nos quería. Siempre estaba muy atento y se preocupaba por nosotros, hacía todo lo que estaba en su mano para que jugásemos lo mejor posible. Vivía todo con tal intensidad que esa actitud suya nos ayudaba a jugar mejor. Era una gran persona y un gran amante de nuestro deporte. Siempre le recordaremos”.

Alfonso Fernández de Córdoba, secretario general de la Federación de Golf de Madrid: “Ha fallecido una de las personas más importantes para el golf madrileño y español. Manolo creó la Federación de Golf de Madrid y fue capitán de los mejores jugadores de nuestro país. Un señor en el más amplio sentido de la palabra, un maestro que me enseñó todo lo que sé de golf”.

Álvaro Quirós: “Era una persona entrañable, un enfermo del golf con un corazón enorme. Fue nuestro capitán en muchos torneos y recuerdo en especial la Copa Biarritz, donde, cada vez que llegábamos, lo primero que nos preguntaban era dónde estaba Manolo. Todo el mundo le respetaba y quería”.

Gonzalo Fernández-Castaño: “Ayer me desperté con la triste noticia de su fallecimiento. Le admiraba y quería muchísimo, y él a mí. Tuve la suerte de compartir con él muchísimos viajes y torneos, desde la primera vez que entré en los equipos de Madrid hasta que me hice profesional, más de 10 años. Si tuviera que destacar algo de Manolo es que era todo un señor, allá donde iba le querían mucho, le admiraban. Todos los demás capitanes nacionales y europeos le respetaban como al que más, hablaba inglés, francés y se comportaba como un señor de los pies a la cabeza. Para nosotros no era solo un capitán, era un segundo padre, porque yo pasaba mil horas con él, ya fuera de viaje, entrenando, jugando o en hoteles. Recuerdo con mucha emoción cuando ganamos el Europeo Boys en Austria en 1996, cuando gané la Biarritz Cup o el Grand Prix de Chiberta… Demasiados recuerdos. No hay semana en la que los que competimos en el European Tour, que todos hemos pasado por sus manos, recordemos alguna anécdota con él, porque hubo muchas. Siempre le recordaré con su gorrito, sus prismáticos y su peculiar grito de “vaaamoss”. Ha sido una persona muy querida por mi familia, no solo por todo lo que ha hecho por el golf madrileño, sino por todo lo que me ayudó cuando empezaba. Le estaré eternamente agradecido, yo no sería el jugador ni la persona que soy de no haber sido por él”.

José Manuel Lara: “Me da mucha pena. Se nos ha ido el capitán más emblemático que ha tenido el equipo nacional, yo diría en toda su historia. Se volcaba con nosotros, se preocupaba y además nos educaba. Yo estuve con él desde los 15 a los 18 años. Nos acompañaba al British Boys y a muchos torneos. Lo daba todo y, en muchas ocasiones, era como un segundo padre para nosotros. Nos llevaba a todas partes y nos recogía, y encima lo pasábamos muy bien con él porque tenía mucho sentido del humor. Estoy seguro de que seguirá viendo el golf desde arriba, le encantaba nuestro deporte”.  

Raúl Quirós: “Quiero enviarle mis condolencias a toda su familia y decir que ha sido el mejor capitán que he tenido en mi etapa amateur. En los muchos torneos que compartí junto a él me inculcó, ante todo, la entrega en el campo, la educación dentro y fuera del campo y, sobre todo, mucha humildad. La verdad, no tengo palabras. Es una enorme pérdida, muy triste. Siempre le recordaré con esa determinación que tenía al dirigirse a nosotros, siempre con su eterna sonrisa, fruto de lo mucho que disfrutaba en los torneos con cada uno de nosotros. Le envío un abrazo fortísimo allí donde quiera que esté”.

Raúl Quirós: «En los muchos torneos que compartí junto a él me inculcó, ante todo, la entrega en el campo, la educación dentro y fuera del campo y, sobre todo, mucha humildad»

Rafa Cabrera-Bello: “Fue capitán del equipo nacional en mi etapa Juvenil. Nunca olvidaré todo lo que hizo por nosotros cada vez que nos acompañaba. Jamás he visto a nadie correr por un campo de golf como lo hacía él para seguirnos a todos. ‘Vamos, vamos, vamos…’, nos animaba”.

Carlos de Corral, director deportivo de la Federación de Golf de Madrid: “Ha sido una persona realmente importante en mi vida. Cuando Gonzalo y yo le conocimos él ya tenía muchísima experiencia, iba a todos los torneos y siempre se ocupó de nosotros. Nos llevaba con los equipos de la FGM, pero además era capitán del equipo de España, así que viajábamos unas diez o más semanas al año, y eso es mucho tiempo, especialmente entre 15 y 22 años, cuando yo estuve con él. Son edades muy complicadas en las que te crees el rey del mambo y no quieres saber de adultos, pero con Manolo jamás hubo ningún problema, nunca nos falló. Lo que más le gustaba del mundo era el golf y el Real Madrid, así que era fácil llevarse bien con él. Su actitud hacia nosotros no variaba tanto si jugábamos bien o lo hacíamos mal; además, era súper normal, nada ególatra, y eso se agradece. Lo mejor que puedo decir de él es que nos enseñó muchas cosas, pero no solo de golf sino más bien de la vida, de valores y modales. En aquella época parecían tonterías, pero con el tiempo te das cuenta de que nos educó de manera impresionante. Si tengo que nombrar a diez personas influyentes en mi vida, sin duda, él ha sido una de ellas”.

Pedro Oriol: “Manolo significó mucho en mis inicios como amateur. Recuerdo una Biarritz Cup que jugué en 2002 en 2ª categoría, ni siquiera en primera, yo simplemente jugaba porque veraneaba cerca, pero no estaba en los equipos de Madrid. Jugué bien los primeros días y Manolo se interesó por mí, le gustaba mi juego y me quería fichar para los equipos de la FGM. Fue entonces cuando empecé a jugar más torneos importantes y volví a la Biarritz Cup, pero ya del brazo de Manolo, que era un auténtico Dios en esos torneos, donde todos así le consideraban. Era una persona magnífica, y aunque yo le cogí ya en sus últimos años, basta con hablar sobre él con jugadores como Gonzalo, Álvaro u otros que estuvieron muchos años con él para comprobarlo. Hace poco le vi en Puerta de Hierro estupendamente bien, y por eso me ha sorprendido mucho la noticia, me da mucha pena. Siempre le recordaré en mis inicios y le agradezco enormemente el interés que puso en mí. Quiero mandar un abrazo muy fuerte a sus hijos, Yago y Álvaro, y decirles que estén muy orgullosos del padre que han tenido, toda una leyenda y un gran señor”.

Vicente Blázquez: “Me abrió las puertas de la Federación de Golf de Madrid, confió en mí, y fue un padre para muchos chicos que pasamos por los equipos de Madrid y de España. Cuántas charlas nos daba con su gran maestría. Él hablaba y todo el mundo escuchaba. Siempre le recordaré en el campo con sus prismáticos, a través de los que intentaba ver lo más posible para acudir inmediatamente donde pudieran necesitarle. Deja un enorme hueco y un gran vacío en mi vida golfística”.

El 15 de noviembre de 2011 en Golf Layos (Toledo), durante la final del Circuito de Madrid de Profesionales, del que también fue impulsor, Manolo Beamonte recibió un cálido y entrañable homenaje de todos los profesionales de golf madrileños, por quienes tanto luchó. (Foto adjunta: © Gnews)

Fue precisamente con motivo de aquel homenaje, cuando Beamonte declaró: “Me llena de satisfacción salir al campo y ver a todos los jugadores. Por mis manos han pasado más de 300 profesionales, muchos de los que están jugando hoy en Layos, incluso Chema Olazábal y Sergio García. Estoy muy agradecido a todos porque han ocupado la mitad de mi vida y lo he pasado muy bien con ellos. Quiero dar las gracias a la Federación de Madrid por el magnífico desarrollo del trabajo que empezamos humildemente hace diez años”.

También recordó sus “maravillosos años como capitán del equipo nacional. He tenido la inmensa suerte de ser capitán de los mejores amateur, hoy en día grandes profesionales. A José Mari Olazábal le tuve cuatro años en el equipo, era un chaval estupendo; Sergio García fue el más joven en entrar y estuvo cinco años; Álvaro Quirós tenía un juego espectacular y ya ha ganado varios títulos en el Tour Europeo; y qué decir de Gonzalo Fernández-Castaño, que anoche nos dio una gran alegría ganando en Singapur. A principios de año elegíamos 12 chicos con los que trabajábamos durante toda la temporada, y me siento un privilegiado por haber estado con todos ellos”.

La anécdota con Byron Nelson y José María Olazábal

De las muchas anécdotas que se recuerdan de Manolo Beamonte hay una que con frecuencia compartía con sus hijos, especialmente con Yago y Álvaro, ambos profesionales de golf. Sucedió en 1982 y tuvo como protagonistas a José Mari Olazábal y a Byron Nelson, uno de los más grandes e ilustres de la historia de este deporte. Olazábal y Nacho Gervás disputaban la final del Campeonato del Mundo Boys en Atlanta, donde Byron Nelson ejercía de comentarista para la televisión estadounidense. José Mari tenía un golpe muy complicado y estaba lejos de la bandera, mientras su oponente tenía la bola prácticamente dada. Beamonte, siempre atento y lo más cerca posible de sus pupilos, oyó a Nelson comentar: “Los españoles están a punto de perder, ellos tienen un golpe imposible y el jugador británico todas las posibilidades de ganar”. Manolo, enfurecido, exclamó: “Señor Nelson, usted sabrá mucho de golf pero no tiene ni idea de lo que es capaz José Mari Olazábal”. Nacho Gervás y José Mari Olazábal conquistaron el Campeonato del Mundo Boys 1982 para España, a las órdenes de su querido capitán.

1 COMENTARIO

  1. Quiero agradeceros las cosas tan bonitas que habéis dicho sobre nuestro padre. Entre todos estáis consiguiendo que la gran pena que sentimos por su fallecimiento se convierta en un enorme orgullo por el padre que hemos tenido

    Ana Beamonte

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