Tiger Woods ha vuelto a disfrutar de la victoria, pero no la suya sino la de su hijo, Charlie. Y lo ha hecho ejerciendo como caddie en la que, hasta la fecha, ha sido la mejor ronda del joven golfista de 14 años de edad para imponerse en la prueba clasificatoria regional para jugadores de su edad de cara al Campeonato Nacional Junior de Golf Notah Begay III, en Estados Unidos.
Después de empezar con uno bajo par y 71 golpes, el pequeño de los Woods hizo nueve birdies para una ronda de 66 golpes en el Mission Inn Resort de Orlando, en Florida, y sellar su billete para la final del campeonato en Koasati Pines, Coushatta, Luisiana, el próximo mes de noviembre.
Con sus rivales acechando en la recta final del torneo. Woods, siguiendo los pasos de su padre, mostró su capacidad para mantener la calma bajo la presión, terminando con dos birdies seguidos para imponerse por un golpe. «Es difícil pensar que estás empatado en el liderato y tienes que hacer una ronda baja para ganar, así que preferí ir golpe a golpe, sin ir más allá», dijo el joven Charlie a los organizadores del torneo.
Sobre cómo se comporta su padre ejerciendo como caddie, el joven de los Woods lo tiene claro y asume la realidad: «Me pone en mi sitio. Hablo del siguiente golpe de salida y él me dice: ‘No, este es el golpe en el que nos vamos a centrar ahora, concéntrate, esto es lo que vamos a hacer'». Empieza a convertirse en algo habitual ver a Tiger con la bolsa de su hijo, como ya ocurrió en el regional clasificatorio del año pasado donde hizo 68 golpes, dos más que en esta ocasión, y fue cuarto empatado.
Meses después, en diciembre, jugaron jugos el PNC Championship de padres e hijos del PGA Tour para empatar en el octavo puesto ante un field repleto de estrellas y compuesto exclusivamente por jugadores que habían ganado un major o el THE PLAYERS, junto a alguno de sus familiares. Ahora, en un nuevo rol, Tiger vuelve a disfrutar de la victoria de la mano de su hijo.
