Nick Dougherty ha ganado el Alfred Dunhill Links, una victoria que va más allá del buen puñado de euros que se embolsará el jugador inglés. El golf británico está de enhorabuena. Seguro que se han descorchado ya una cuantas botellas de champán en Inglaterra, una, quizás la primera, en el domicilio de Nick Faldo…
Y es que el mítico golfista inglés apostó por Dougherty hace muchos años, lo apadrinó, lo sacó de su escuela, le mostró el camino, alguna bronca también le cayó… Prácticamente lo señaló con el dedo nombrándolo su sucesor, pese a que la cantera inglesa es tan potente que han surgido otros nombres como los de Luke Donald, Lee Westwood, Ian Poulter, Justin Rose, Paul Casey o, más recientemente Ross Fisher, Oliver Wilson…
Nick Dougherty ha empezado a justificar esa confianza de Faldo con esta victoria. Es su segundo triunfo en el circuito europeo, pero está a años luz de importancia del primero (Open de Singapur, en 2005) por el escenario: Old Course por partida doble, Kingsbarns y Carnoustie y por los rivales: en la cuneta quedaron Justin Rose, Ernie Els, Padraig Harrington o Trevor Immelman, entre otros.
La victoria no fue fácil. Dougherty (-18) tuvo que sufrir. Arrancó con dos bogeys y más uno recordó el pasado Open de Italia, torneo que venció Gonzalo Fernández Castaño al desmoronarse el inglés cuando iba líder. Se rehizo con tres birdies consecutivos en el 5, 6 y 7 y, a partir de ahí, decidió amarrar el resultado y jugar algo más conservador. Firmaba pares uno detrás de otro, hasta siete. Pero Justin Rose (-16) venía muy fuerte por detrás. Alcanzó el -4 en el día en el hoyo 15 y se colocó a un golpe de Dougherty. Era el momento más tenso que le quedaba al líder y lo resolvió con un birdie en el 15.
El difícil 17 pasó factura a Rose y Dougherty. Ambos prefirieron asegurar el bogey, antes que arriesgar en busca de un par que bien podría haber acabado en dos o tres más. Ese bogey de Rose rubricaba el triunfo de su compatriota.
Dougherty no pudo contener la emoción en el 18 y camino de la firma de tarjeta tenía que limpiarse los ojos por las lágrimas. Gran triunfo de un golfista del que esperan grandes cosas en Inglaterra y en todo el mundo del golf.
El protagonista en la fiesta de los 'links' fue Dougherty, pero hubo algunos invitados de excepción. El primero, Rory McIlroy. El joven norirlandés, que acaba de pasarse al profesionalismo, realizó un brillante -4 y acabó tercero, a tres golpes del líder. Entre sus méritos estuvo hacerle el birdie al difícil hoyo 17. Algo de lo que pocos pueden presumir. Uno de ellos es Gonzalo Fernández Castaño, otro de los destacados del torneo. El madrileño terminó 15º con -10, los mismos golpes y el mismo puesto que Miguel Ángel Jiménez. Gonzalo consiguió jugar bajo par el último día -1 (dos birdies y un bogey), mientras que Jiménez firmó una de las mejores vueltas del día con 69 golpes. Sus segundos nueve hoyos fueron de libro: cuatro birdies y ningún bogey.
El tercer español que consiguió pasar el corte, Alejandro Cañizares, también logró bajar del par. Realizó 70 golpes y terminó con un acumulado de -7 en el puesto 36º.