Inicio Grandes Circuitos Paula Martí, una artista en la Solheim

Paula Martí, una artista en la Solheim

Compartir
Paula Martí bromea junto a uno de sus hijos.
Paula Martí bromea junto a uno de sus hijos.

Paula Martí es una artista. Se mire por donde se mire. Lleva el arte en sus venas y lo ha sabido aplicar en todas sus facetas: como golfista, como madre, como entrenadora y, una vez más, lo hará como parte del equipo europeo de la Solheim Cup para el que ha sido reclutada como asistente por la capitana, Catriona Matthew. El mensaje ha sido contundente: “We need you”. Y Paula no ha dudado en segundo en aceptar.

Paula Martí, durante la pasada Solheim Cup.
Paula Martí, durante la pasada Solheim Cup.

“Es un honor que Catriona, a quien conocí cuando jugaba y nos llevábamos fenomenal, me haya pedido que esté en el equipo. Será que no lo hice mal en la pasada Solheim”, asegura. Hay que recordar que en 2017, en Estados Unidos, Annika Sorenstam ya contó con ella para desempeñar este papel.

“las mujeres Somos mucho más competitivas en todos los deportes, no sólo en golf. Cuando ves el tenis, los hombres terminan un partido y se dan la mano, a veces incluso un abrazo, son más sentidos; las mujeres ves que se dan la mano y ni siquiera se miran a la cara”

“Cuando Annika me lo propuso yo no me lo podía creer. Todo surgió en el Estrella Damm de Sitges, que vino Annika y estuvimos hablando. Por supuesto que yo la conocía, ¿Quién no? Era mi ídolo, yo tenía pósters con fotos suyas en mi habitación cuando estaba en la universidad, era mi inspiración. Luego coincidimos en el LPGA pero ya sabes que las número uno llevan una vida aparte dentro de los torneos… comen aparte, viven aparte, me parecía un poco distante y no hablábamos mucho. En la Solheim tuve la oportunidad de conocerla de verdad y descubrí el pedazo de mujer que es, porque como profesional ya lo sabemos todos. Me di cuenta de que es una persona súper tímida, puede parecer cortante de pura timidez, y fue un lujo conocerla como persona, como entrenadora, como motivadora, como madre, como golfista, como mujer. No te puedes imaginar los mensajes tan potentes que nos transmitía cada día, que nos dejaba a todas llorando de la emoción. Es increíble”.

«No te puedes imaginar los mensajes tan potentes que nos transmitía cada día Annika en la Solheim, nos dejaba a todas llorando de la emoción»

Al fin le llega la oportunidad de disfrutar una Solheim en Europa. “Será la primera. Yo jugué en Minnesota y después hace dos años en Iowa. Además,  es en Escocia, ¡la cuna del golf! Cuando me llamó Catriona no lo dudé, quería volver a vivirla. Fue una de las mejores experiencias de mi vida. Y eso que es una paliza porque nos levantamos a las 4 de la mañana y nos acostamos a las 12 de la noche, pero es la semana más bonita. Mi trabajo allí no sabría definirlo. Es estar. Para lo que quiera la capitana, las jugadoras. Desde controlar las radios a hacer estadísticas, coordinar los entrenamientos, dejar mensajes motivadores en las taquillas de las jugadoras, cuidarlas, mimarlas, que se sientan bien, fuertes y a gusto, animar a la jugadora que no va a jugar y hacerle sentir lo importante que es, en definitiva, hacer equipo”.

Marta Figueras Dotti, Paula Martí y Carlota Ciganda.
Marta Figueras Dotti, Paula Martí y Carlota Ciganda.

El bagaje profesional y la personalidad de Paula son quizá las claves para que le llegue esta responsabilidad. Es una referencia en el golf español. Lideró junto con Raquel Carriedo a la armada española que, tras los años Marta Figueras-Dotti, volvían a poner al golf español en el punto de mira a nivel mundial. Disputó el Ladies European Tour, llegó a ser número 1 de Europa gracias a sus victorias, jugó el LPGA y, además de representar a España en los Campeonatos del Mundo, se clasificó para la Solheim en el año 2002.

«Cuando me llamó Catriona no lo dudé, quería volver a vivirla. Fue una de las mejores experiencias de mi vida. Y eso que es una paliza porque nos levantamos a las 4 de la mañana y nos acostamos a las 12 de la noche, pero es la semana más bonita»

La barcelonesa, que actualmente da clases en Sant Cugat y entrena a algunas profesionales, guarda grandes recuerdos de aquellos años.  “Hay momentos puntuales en los que echo de menos la competición, sobre todo cuando se juega el British y torneos grandes, pero era una vida muy solitaria y ahora estoy mucho más tranquila. Yo la competición la llevo por dentro, me pico con todo y por eso me fue bien. Jugaba sin miedo, pensando, ¡aquí estoy yo!, ésta no me va a ganar. Era mucho más inconsciente y la verdad es que me iba muy bien. Hoy en día es muy difícil, sobre todo con las cracks que hay por ahí. Nuestra generación fue de las que se empezó a cuidar más físicamente, íbamos al gimnasio, cuidábamos la comida. Pero hoy eso es a lo bestia, tienen un control brutal y además tienen unos palos que no teníamos nosotras. ¡Les hacen los palos a medida! Nosotras teníamos tres varillas y decías ‘esta me va bien’ y a tirar. Ahora creo que es más fácil jugar con todo el material que tienen.

«Yo la competición la llevo por dentro, me pico con todo y por eso me fue bien. Jugaba sin miedo, pensando, ¡aquí estoy yo!, ésta no me va a ganar. Era mucho más inconsciente y la verdad es que me iba muy bien»

Lo que hay fuera de la competición es realmente la parte más complicada de sobrellevar. “Es una vida muy solitaria y entre mujeres, más. Somos mucho más competitivas en todos los deportes, no sólo en golf. Cuando ves el tenis, los hombres terminan un partido y se dan la mano, a veces incluso un abrazo, son más sentidos; las mujeres ves que se dan la mano y ni siquiera se miran a la cara”.

Tres golfistas la inspiraron para llegar donde llegó: Annika, Karrie Webb y Laura Davies, con quien volverá a compartir equipo, con la inglesa como Vice Capitana, en la próxima Solheim: “Con Laura me llevaba increíblemente bien. Nos ponían mucho a jugar juntas, nos picábamos y jugábamos fenomenal. Tiene un humor que no tiene nadie, recuerdo que alguna vez le pisé la línea del putt y me dijo “¡ya ves!, para lo que pesas… si te la hubiese pisado yo, todavía…”. Es genial. En la Solheim jugué con ella espectacular, tanto que me dijo: “como me vuelvas a robar protagonismo, verás”. Nos entendíamos muy bien y creo que vamos a hacer buen equipo este año otra vez en la Solheim”.

«Laura Davies tiene un humor que no tiene nadie, recuerdo que alguna vez le pisé la línea del putt y me dijo “¡ya ves!, para lo que pesas… si te la hubiese pisado yo, todavía…”. Es genial»

En cuanto a las recientes noticias sobre la desigualdad de las mujeres en el deporte, Paula tiene su opinión y se moja. “Para los pocos medios que tenemos y la poca bola que nos dan, es brutal. Tenemos jugadoras impresionantes, Carlota, Azahara, y por suerte se cuenta. Pero claro que estamos aún un poco lejos de los hombres. Yo lo veo clarísimo, que la solución sería hacer lo que han hecho en el tenis: poner los Grandes la misma semana hombres y mujeres, es la única forma de igualarnos. Lo hemos visto en el torneo de Australia que se jugaba a la vez, al final las televisiones van pasando de un torneo a otro y la visibilidad es mucho mayor; así se igualarán premios, repercusión y patrocinios. Sería un plus tremendo”.

«La solución sería hacer lo que han hecho en el tenis: poner los Grandes la misma semana hombres y mujeres, es la única forma de igualarnos»

La maternidad fue la única razón por la que dejó la competición: “Cuando nació mi primer hijo, Izan, seguí compitiendo, estaba muy motivada y me fue muy bien, conseguí hacer buenos resultados y no me daba cuenta de los meses que me pasaba sin verle; pero es verdad que llegaba a casa y lo veía muy cambiado y entonces me daba cuenta. Pero yo tenía que seguir con mi profesión. Cuando estaba embarazada de mi segundo hijo, Jan en 2010, recuerdo que me iba a un torneo a Turquía y eso me hizo abrir los ojos. ¿Y si me pasa algo? Porque el primer embarazo tuvo sus dificultades. ¿Y si…? ¿Y s..i.? Así que tomé la decisión de dejar de competir. Hasta entonces mi hijo mayor jamás había dicho nada, pero cuando lo dejé, me soltó “Qué bien, mami, ahora me podrás acompañar a la piscina, al parque… y así estoy, felizmente entregada a ellos”.

Ellos saben jugar al golf, pero la vena Corretja (su pareja es Iván Corretja, hermano del campeón y actual comentarista de televisión, Álex) les ha tirado más y juegan al tenis, Izan está en el equipo y Jan aún alterna tenis y fútbol. “El deportista, en general, es un poco egoísta. Eres tú, tu representante, te lo hacen todo, te lo dan todo, de alguna forma te endiosas y de repente llega un hijo y te pone en tu sitio. Se produce un cambio de roles brutal y pasa a ser todo para ellos. Es el auténtico amor incondicional, por mucho que te enfaden los vas a querer siempre. Me emociono mucho. Soy muy emocionable, pero creo que mucho más desde que soy madre”.

“La persona que me ha inspirado en la vida ha sido mi padre. Fue un profesor buenísimo, un padre extraordinario, un referente de hombre del que aprendí mucho más de lo que está en el papel de padre. Era un artista, era pintor y tenía un rollo tan divertido…»

La familia ha jugado un papel muy importante en la carrera y vida de Paula. “La persona que me ha inspirado en la vida ha sido mi padre. Fue un profesor buenísimo, un padre extraordinario, un referente de hombre del que aprendí mucho más de lo que está en el papel de padre. Era un artista, era pintor y tenía un rollo tan divertido… Tuve unas vivencias con él maravillosas. Recuerdo que cuando tenía 10 años y venían amigas a casa, se quedaban alucinadas porque mi casa estaba llena de artistas, pintores, músicos… y esa educación te forja. De él aprendí muchas cosas pero además heredé la afición por la pintura, pinto bien, escribo con una letra muy cuidada y soy muy exigente con la escritura, y sobre todo heredé su vena creativa, tanto en la vida como en el campo de golf. Tengo mucha creatividad en las manos y en más de una ocasión lo pude demostrar en algún golpe… Mi lema en la vida me lo enseñó mi padre: vive y deja vivir, nunca critiques, tú a tu bola, y así he vivido siempre, a mi bola y especialmente en un campo de golf”.