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A Gonzalo ya no le caben en una mano…

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Gonzalo Fernández Castaño (-24) ganó el BMW Italian Open después de un excepcional cara a cara con Garth Mulroy que no se resolvió hasta el segundo tiro del hoyo 18…

Soberbia la actuación del jugador madrileño y extraordinaria la resistencia del sudafricano. Fue una exhibición. No es nada fácil encontrar un partido estelar tan portentoso…

Las tarjetas de Fernández Castaño y Mulroy lo dicen todo: 64 y 67 golpes. Irresisitible para cualquiera que intentara el asalto por la puerta de atrás. Se adueñaron del ‘cortijo’ en Turín a partir del hoyo ocho. Hasta ese momento se contabilizaban veinte jugadores apiñados en apenas cuatro golpes. Sin embargo, en ese punto los líderes desataron las hostilidades.

La secuencia fue brutal. Gonzalo hizo seis birdies en siete hoyos y Mulroy respondió al envite con cinco en ocho. El torneo se rompió. No hubo manera. Los desesperados y valientes intentos de Gregory Bourdy, Martin Kaymer, Matteo Manassero, Nicolas Colsaerts y, por supuesto, Pablo Larrazábal y Rafa Cabrera Bello nada podían hacer contra los líderes. Lo suyo era ya una batalla por la tercera posición.

El mano a mano entre Gonzalo y Mulroy alcanzó su clímax en el hoyo 17, con empate en cabeza. El sudafricano arriesgó más desde el tee. Sacó el driver, mientras Gonzalo pegó la madera, y obtuvo ventaja. Salida larga y perfectamente colocada. El problema para Mulroy, claro, es que el español tiró primero y la dejó en green, perfectamente situada para sacar adelante un par cómodo. Toda la presión estaba ahora en sus manos. Mulroy cerró la bola más de lo debido y acabó en el búnker, con tan mala suerte que se quedó en el contra talud. Horrible. Desde ahí consiguió salvar un buen bogey, pero la iniciativa fue ya de Gonzalo con un golpe de ventaja.

El madrileño, una maza durante toda la vuelta, jugó un 18 (par 5) de libro. Sacó el birdie tras un segundo tiro fantástico al centro de green desde el rough. Mulroy, con el agua al cuello, se marchó de nuevo al búnker de dos. El torneo ya estaba en el bolsillo de Gonzalo. El sudafricano sólo pudo hacer el par.

Fernández Castaño suma su segunda victoria en el Open de Italia y, de paso, ya necesita las dos manos para contar los triunfos en el Circuito Europeo. La sexta conquista de su carrera sirve, además, para cerrar un año glorioso. En septiembre de 2011 Gonzalo aún estaba reponiéndose de una traicionera lesión de espalda. Tocaba fondo en el Open de Austria, torneo tras el que llegó a situarse en el puesto 194º del mundo. Sin embargo, las sensaciones empezaban a ser buenas, sobre todo en los greenes tras el cambio que realizó en el Open de la República Checa el mes anterior. Sustituyó el putter y modificó el grip tras una charla con su compañero y amigo Alfredo García Heredia. Fue mano de santo y así lo atestiguan sus resultados.

Desde aquella cita en Austria, Gonzalo ha jugado 24 torneos y sólo ha fallado tres cortes (BMW PGA Championship, US Open y Open de Irlanda), ha ganado dos (Barclays Open de Singapur y BMW Italian Open), tiene tres segundos puestos y siete top ten. Del puesto 194º del mundo ha pasado al 36º.

Y el putt tiene mucha culpa de todo esto. Fernández Castaño ya tenía uno de los mejores juegos largos del mundo y sólo necesitaba más seguridad y confianza en los greenes. La victoria de hoy en el Royal Park i Roveri de Turín también tiene mucho que ver con el putt. Su despliegue ha sido sensacional. En las tres últimas rondas ha hecho 24, 24 y 25 putts. Un lujo.

No sólo cuentan los números, que también, sino las sensaciones. Ha metido putts importantísimos, como por ejemplo el de par en el hoyo 5 tras marcharse al agua. Posiblemente, el más importante del día, ya que éste supuso el inicio de la racha increíble entre el 8 y el 14. Precisamente, los putts del 13 y del 14 han sido fundamentales. En el 13 la metía desde tres metros después de que Mulroy la hubiera dejado dada. Y en el 14 embocó después de que su rival lo hubiera hecho antes desde más lejos.

Gonzalo lideró un auténtico festival español en tierras italianas. Pablo Larrazábal (-18) fue quinto y Rafa Cabrera Bello (-17), noveno. Precisamente, fue el putt lo que impidió al catalán y al canario luchar por el triunfo hasta el final. Su juego largo ha sido magistral, pero la suerte les ha sido esquiva a la hora de rematar. Han sido incontables los bordes de hoyo que han tocado y las corbatas que han sufrido. Además, en el caso de Cabrera Bello, un oscuro inicio con doble bogey y bogey hicieron ya casi imposible la remontada. Aún así, otro gran resultado para una magnífica temporada de ambos.

Por supuesto, dentro del festival español hay que destacar el vueltón de José María Olazábal (-7). Ha hecho 65 golpes y eso que empezó con bogey. En los 17 hoyos restantes fabricó nada menos que ocho birdies. Su putt hoy ha sido un absoluto escándalo: 21 putts.

Olazábal estará contento con su vuelta, no en vano es su mejor tarjeta desde la primera ronda del Castelló Masters de 2009. Han pasado casi tres años. Igualmente, estará más que satisfecho por la actuación de dos de sus chicos Ryder: Martin Kaymer y Nicolas Colsaerts, que acabaron quintos.

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