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Alex del Rey libera al toro bravo que lleva dentro

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Álex del Rey
Álex del Rey

Alex del Rey pasó su primer corte en el European Tour la semana pasada en Austria. Además, sumó su primer top 25 con una gran jornada dominical en la que entregó una tarjeta de 67 golpes. El joven golfista madrileño, campeón del mundo amateur y uno de los exponentes de la siempre prolífica cantera de Arizona State, atiende a Ten Golf desde Meloneras Golf donde prepara el asalto esta semana al Lopesan Gran Canaria Open. Queremos conocer sus sensaciones tras haber derribado un nuevo listón en su incipiente carrera. La primera conclusión es que en Austria pasaron muchas más cosas que el simple hecho de pasar un corte.

La palabra que mejor encaja en su estado de ánimo es liberado. «Me pasó lo mismo en el Challenge Tour. Fallé el corte en el primer torneo del Challenge que jugué como profesional, en Italia, y me molestó mucho. Lo fallé por pura presión, con dos bogeys en los dos últimos hoyos, el segundo en el par 4 de wedge a 70 metros. Hice bogey y gracias. Salí muy enfadado de aquello. Me pasó porque me comía mucho la cabeza y empecé a pensar en el corte en lugar de mirar hacia arriba. Como amateur estaba acostumbrado a pensar a cuánto estaba del liderato y, de pronto, como profesional empezaba a fijarme en el corte. No podía ser. Al siguiente torneo pasé el corte en Sancti Petri, apurado pero lo pasé y sentí una liberación. Lo mismo que la semana pasada en Austria. Era mi cuarto torneo en el European Tour, dos como profesional y dos como amateur, y había fallado el corte en los tres anteriores. De algún modo tenía esa barrera mental en la cabeza y me la quería quitar», explica con una sinceridad y claridad digna de elogio.

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Ay, esa parte mental del deporte de élite tan vital. Lo bueno es que Alex no se engañó. Se miró a los ojos en el espejo y se dijo las cosas por su nombre. Fue valiente. Sintió que jugaba con mucha presión y que así su golf no fluía, se atascaba y pegaba golpes demasiado malos, fuera de su catálogo. Se puso a trabajar en ello con Joseba del Carmen. «Detectamos que me estaba preocupando demasiado por el resultado. Iba demasiado pendiente de cosas que no debían tener relevancia para mí, como pasar el corte. Tenía que cambiar la mentalidad y mirar siempre arriba en lugar de hacia abajo. Aquello me estaba bloqueando. En Chiclana derribé una barrera en el Challenge y en Austria derribé otra en el European Tour. Me siento liberado y por eso hice una vuelta tan buena el domingo, además de que iba jugando con Pep Anglés y Eduardo de la Riva y me sentí como en casa», asegura. 

En este sentido, Alex tiene claro cuál es el espejo en el que debe mirarse. «Cuando ves a Dustin Johnson jugar te da la sensación de que lo está haciendo en su club de toda la vida. Y eso es lo que yo busco. He salido de Austria muy reforzado. Son barreras mentales que hay que romper y cada uno tiene sus tiempos», afirma. Lo hizo, además, en un campo donde a priori su juego no se encuentra de lo más cómodo. «Recuerdo que jugué allí el Europeo Absoluto de 2017, pero el Diamond de Austria no es un campo que me encante, ni se adapte bien a mi juego. Apenas pegué el drive. Lo juegué un poco a contraestilo, conservador, pensando mucho en la estrategia, pero me salió bien y eso me todavía más fuerzas para los próximos torneos», apunta.

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Siente como si hubiera liberado a un toro bravo. Ahora hay que dominarlo, y Alex tiene cabeza para hacerlo, pero está dispuesto a conformarse con el corte pasado en Austria. «Me han dado muchas invitaciones y estoy muy agradecido, pero ahora toca ganarse las plazas por uno mismo. Ahí está la gracia. Tengo asegurado el Gran Canaria Open y el Tenerife Open. La segunda semana de Tenerife no la tengo, a ver si lo puede conseguir con un top ten», asevera. De momento, lo que ha visto en Meloneras Golf le gusta. Cree que aquí sí puede desplegar el golf con el que se siente más cómodo, aunque ya saben que en este deporte conviene ser siempre cauto.

Alex tenía muchas ganas de competir en 2021 después de vivir la pretemporada más larga de su carrera. «Nunca había trabajado de una manera tan seguida y constante en el gimnasio. Además, lo estoy complementando con una nutrición muy buena y equilibrada, que en España es más fácil que en Estados Unidos. Creo que estoy en el mejor momento de forma de mi vida», explica. Todo este trabajo ha tenido su reflejo en el swing. Alex no necesita muchos metros extras porque ya va muy largo, pero sí ha conseguido ser más estable en velocidades altas. «Nunca está de más pegar algún metro más, pero lo mejor es que estoy siendo muy sólido moviendo el palo a 123 millas por hora. Antes sentía que apretaba más y ahora me sale más relajado, y eso es muy bueno», señala.

En cuanto a la distancia, en Madrid está haciendo con el driver entre 290 y 305 metros de vuelo, como ven no necesita muchas más distancia. En Meloneras Golf promete soltarse, aunque tiene clara cuál es la estrategia. «Toca preparar muy bien las distancias de los wedges y el putt, creo que en estos dos aspectos va a estar la clave esta semana. Me gusta el campo y estoy contento». Y liberado, sobre todo, liberado.