Jorge Campillo se fue preocupado a los vestuarios tras el parón por la segunda tormenta eléctrica del día, poco antes de las tres de la tarde. Marchaba +1 en el día, con dos bogeys y un solo birdie, aguantando en pie frente a la exigencia siempre enorme de Valderrama y, sobre todo, sobreviviendo a unos hierros que no terminaban de salir rectos. Este era el motivo principal de su preocupación.
El parón duró poco más de dos horas, tiempo suficiente para resetear la cabeza y encontrar alguna solución que le diera más solidez en los tiros a bandera. Sabía que debía encontrar el ritmo adecuado, bajar las revoluciones de su swing, aunque debía testarlo antes de salir al campo.
A Sergio poco le afecta la incertidumbre que se cierne sobre Valderrama
Cuando se marcharon los rayos y truenos y se abrió la veda para volver a calentar, había overbooking en el campo de prácticas del Valderrama. Se juntaba los golfistas del primer turno cogiendo sensaciones antes de regresar al juego con los del turno de tarde que iban a salir poco después. Así, se quedaron sin puestos para pegar bolas y cada uno encontró un hueco donde pudo.
Campillo no lo tuvo fácil. Finalmente, se ubicó en un rincón en el que ni siquiera había hierba segada al ras. Se puso a reconfigurar sus hierros sobre rough, primer corte, eso sí, pero rough al fin y al cabo. Pegó algunos hierros 8 y un par de hierros 4, poco más. Mano de santo. Salieron bien, como había imaginado en su cabeza. Desde luego, no es el método más académico, ni exportable y mucho menos lo recomendamos para usar en casa, pero dio resultado. Sirva la anécdota para demostrar una vez más la delgada línea existente entre dar un buen golpe o uno malo. Tras probar los hierros, pegó dos drives y se fue al green del hoyo 5 a patear una bola que prácticamente había dejado dado antes de que sonara la bocina para decretar la suspensión.
Buscando a codazos un lugar mejor en el calendario…
Desde ahí, sus hierros fueron sólidos, poderosos y muy certeros. Hizo el birdie en el hoyo 5, pegó un tirazo en el 7 y otro en el 8 y, además, metió los putts de birdie. También necesitaba recuperar solidez con los putts cortos y lo consiguió. Un final espectacular para transformar una vuelta sosa en algo potente. Un gran 70 para empezar el Andalucía Valderrama Masters.
