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Campillo ya ha aprendido a pensar en GRANDE

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Jorge Campillo está modelando la que probablemente, y si todo marcha con normalidad, terminará siendo la mejor temporada de su carrera hasta la fecha. Hay dos pruebas fundamentales y tumbativas que lo confirman: por un lado, este año 2018 ingresaba por primera vez en el top-100 del mundo, y por otro, ya está completamente confirmado su debut en un Grande, que tendrá lugar el próximo mes de julio en el British Open de Carnoustie. Por si fuera poco, también está confirmado en el PGA Championship, el cuarto ‘major’ de la temporada.

En Francia está en juego la Ryder, el British, la Race… y la Cuchara de Palo

Tampoco debe olvidarse que este año debutaba en un Campeonato del Mundo, el de México, donde finalizaba en una más que decente 27ª posición, en una semana en la que, además, su juego estuvo por encima de lo que indicaba el resultado final. Van cayendo listones y objetivos, aunque todavía le falta estrenarse como ganador de un torneo del circuito europeo. Oportunidades no le han faltado en los últimos años, pero ha sido durante los últimos meses donde más se ha apreciado un salto cualitativo, rindiendo a plena satisfacción en los últimos partidos del domingo (aquel 68 en Malasia en la última ronda, o el 67 en China, que desafortunadamente no le valieron ante la inspiración de Sharma y Bjork).

Tee times de los españoles en la primera ronda del Open de Francia

No podemos catalogar al extremeño como claro candidato al triunfo esta semana en Francia. Sin embargo, a nadie de los que componen el circo del European Tour (jugadores, caddies, entrenadores y demás parafernalia) le extrañaría demasiado que Jorge ganara en el Golf National, o que su primer triunfo fuera a darse precisamente en un torneo de tanto calado. Ya está preparado. Esta misma semana, durante las vueltas de práctica (especialmente hoy, miércoles) ha jugado un golf de enorme altura, lo que indudablemente no garantiza nada, pero reabre las expectativas.

La primera gran cumbre Ryder, para ir calentando motores

Está encantado de afrontar su primer verano de Grandes y tiene algo muy claro: le falta experiencia en estas citas, pero de ninguna de las maneras piensa ir de turismo ni a pasearse, sino a rendir, a pasar cortes y a dar algún susto si el asunto se pone de cara. La Ryder, de momento, queda muy lejos, pero no la descarta: vienen cuatro semanas (Francia, Irlanda, Escocia y British) largas, dadivosas y con curvas y será al final de este periplo cuando realmente se vea dónde está cada cual. Esperemos a entonces a ver dónde está Campillo…