No estaba hoy para muchas tonterías el Diamond Country Club austríaco, donde Felipe Aguilar (-9) sigue siendo el líder del Lyoness Open después de la segunda jornada. Una tarjeta de 70, dos menos en el día, le ha bastado, sobre todo porque los registros por debajo de setenta golpes no han abundado. David Horsey (-5) ha sido el iluminado del día, porque hacer un 64 en condiciones ventosas y unos greenes tan firmes no está al alcance de casi nadie.
Sólo dos jugadores españoles han pasado el corte, Carlos Pigem (-3) y Borja Etchart (+2). Miguel Ángel Jiménez (+3), por desgracia, se quedaba a un solo golpe del fin de semana tras entregar una buena tarjeta de PAR. Una lástima, porque cada vuelta del malagueño a día de hoy en el circuito europeo se saborea como si fuera un rico postre.
Pigem, curiosamente, ha destacado este año en campos y situaciones complejas. Lo hizo en la India, por ejemplo, en aquel recorrido-trampa de Nueva Delhi. Y también en Marruecos, en ese magnífico y exigente test de golf que es el recorrido rojo del Golf Dar es Salam. No deben ser simples casualidades y sí una prueba de que hay talento de sobra y de que es un jugador de raza. Hoy sacaba adelante la jornada a pesar del doble bogey que le caía en el hoyo 4. Excelente temple el suyo y notable la solidez de su juego en una jornada, insistimos, que se las traía.
Precisamente por eso, porque la jornada era dura, hay que concederle toda la credibilidad a Etchart, que terminaba ganando al campo y salvando el corte. Una vuelta de tuerca más en la confianza del vasco. Está muy lejos de la cabeza, pero seguramente su batalla vaya más en esa línea, la de ponerse a prueba y confirmar que su juego está a la altura.
