Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Cuatro españoles de plata escoltan a un grandísimo campeón

Cuatro españoles de plata escoltan a un grandísimo campeón

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Christiaan Bezuidenhout besa el trofeo de campeón del Estrella Damm Andalucía Masters. (© Golffile | Thos Caffrey)
Christiaan Bezuidenhout besa el trofeo de campeón del Estrella Damm Andalucía Masters. (© Golffile | Thos Caffrey)

Todos los honores para Christiaan Bezuidenhout (-10). Ni presión, ni gaitas. Campeón con todas las letras. No sólo ha conseguido mantener los cinco golpes de ventaja con los que empezó la última ronda del Estrella Damm Andalucía Masters, sino que ha logrado añadir un golpe más a su colchón para terminar ganando por seis. Se quita uno el sombrero y se le felicita. No hay más. Ha sido el mejor de principio a fin. Ha ganado el torneo de cabo a rabo. No hay ningún pero que ponerle. Simplemente ha jugado a otra cosa esta semana.

Es la primera victoria de este jugador sudafricano en el European Tour. La más importante de su carrera tras un triunfo en 2016 en el Sunshine Tour de África. Su demostración ha sido de tal calibre que es inevitable pensar que podemos estar ante el nacimiento de una nueva estrella. Quién sabe si, a sus 25 años, es el joven valor de futuro que tanto tiempo lleva buscando Sudáfrica en los últimos años. El tiempo dirá si este éxito es flor de un día o el primer cimiento de una carrera espectacular. Sus maneras hoy en Valderrama apuntan más a lo segundo que a lo tercero.

Ha ganado con autoridad y aplomo, aunque ha pasado también por malos momentos durante la vuelta. Quizá por ello hay darle aún más crédito. Su última ronda no ha sido un simple camino de rosas. Jon Rahm, su gran rival en esta vuelta final, se ha dejado todo en el campo para intentar doblegarlo. El de Barrika ha empujado hasta donde ha podido y le ha dejado Bezuidenhout y ni siquiera el sensacional inicio del ganador, con dos birdies en los hoyos 1 y 2, le han hecho tirar la toalla.

La jornada final del Estrella Damm Andalucía Masters tiene dos momentos cruciales. El más importante, sin duda, se produce en el hoyo 8. Ahí empieza Bezuidenhout a agarrar el trofeo con una mano. Venía de hacer tres bogeys consecutivos y cuatro en los últimos cinco hoyos. Había encadenado seis sin cazar el green y no se estaba mostrando tan fino en las recuperaciones como el sábado. Venía cuesta abajo. Sufriendo. Pegando bien desde el tee, pero fallando con los hierros. Además, en el 8 se equivocaba por el lado malo. Al búnker de la derecha. Sacada peliaguda, con el green recibiendo cuesta abajo. Su sacada no es nada mala, pero aún así se pasa algo más de dos metros. Mientras, Jon pegaba un tirazo y se dejaba una muy buena opción de birdie de unos tres metros. Primero patea el de Barrika y la bola hace una corbata horrorosa, prácticamente de 360 grados. Acto seguido, Bezuidenhout mete el putt de par, saca el puño, se toca la gorra y respira aliviado. Muy aliviado. Si hubiera hecho bogey y Rahm hubiera metido el putt se había puesto a uno. Torneo nuevo. Jon sabe que es importante y lo felicita como un caballero. Gran gesto.

© Thos Caffrey | Golffile
© Thos Caffrey | Golffile

El siguiente momento clave ocurre en el hoyo 10. Ambos han hecho birdie en el 9 y la distancia se mantiene en tres golpes. Pegan dos buenas salidas, Bezuidenhout clava el hierro y se deja una muy buena opción de birdie. Jon, muy presionado, busca el tiro del día, pero se queda tres metros corto, con la bandera corta, y la bola cae por la pendiente de entrada al green hasta la calle. Es un error. Se le queda una recuperación imposible, ya que no tiene espacio para frenar la bola. Tira un buen golpe de recuperación, pero falla el putt. Bezuidenhout emboca. Se acabó. El sudafricano se vuelve a poner con cinco golpes de ventaja y ocho hoyos por delante. The End.

Tiene mucho mérito la reacción de Bezuidenhout cuando estaba contra las cuerdas. Seguro que en esta capacidad de resistencia y aguante tiene mucho que ver el duro episodio que protagonizó durante su niñez. Ingirió por accidente un matarratas cuando apenas tenía dos años y medio y estuvo a punto de perder la vida. Lo salvaron en el hospital con un lavado de estómago de urgencias, pero le dejó una secuela. Una tartamudez que ha ido corrigiendo con el tiempo, con mucho esfuerzo y dedicación, aunque todavía es evidente. Aquel trastorno le generó algunos episodios de crisis de ansiedad con sólo cuatro años y se puso en manos de psicólogos. Le proporcionaron betabloqueantes para controlar la ansiedad y consiguió mejorar mucho. Sin embargo, aún recibiría un palo muy duro ya siendo golfista. En el British Amateur de 2014 dio positivo en un controlo antidoping y fue suspendido. No pudo jugar el Campeonato del Mundo Amateur. Un mazazo terrible. “Creí que todo se había acabado”, asegura. Le redujeron el castigo de dos años a nueve meses cuando demostró que no lo había usado para mejorar su rendimiento, sino por las crisis de ansiedad, y el primer torneo que jugó en Sudáfrica ganó por siete golpes. Ahí comenzó una nueva vida que le ha traido hasta la victoria en Valderrama.

Sergio hace una lectura muy positiva que va más allá del resultado

Bezuidenhout ha estado escoltado en la clasificación por nada menos que cuatro españoles empatados en el segundo puesto. Actuación coral extraordinaria de la Armada. No ha habido victoria porque el campeón ha estado a otro nivel, pero el rendimiento de los nuestros ha sido de órdago. En la segunda plaza ha empatado con cuatro bajo par, Eduardo de la Riva, Adri Arnaus, Jon Rahm y Álvaro Quirós. Además, Sergio García ha sido séptimo con tres bajo par. Es la primera vez en 15 años que acaban cinco españoles en el top ten de un torneo del European Tour. La última vez fue en el Mallorca Classic de 2004. Duele no ganar cuando se está tan cerca y con tantas balas en la recámara, pero hay muy poco que objetar a los españoles en este brillante Estrella Damm Andalucía Masters.

Consulta aquí los resultados finales del Estrella Damm Andalucía Masters