Álvaro Quirós llegó al hoyo 18 a dos golpes del liderato y salió a cuatro. Doble bogey letal. Cruel y doloroso. Es fácil hacer lecturas a toro pasado. Algunos pensarán que debió jugar corto y asegurar el green con el tercer tiro con la opción incluso de hacer birdie. Pero hay que estar ahí, en esa situación, en una tercera jornada, después de un día en el que precisamente Álvaro pegó muchos golpes mágicos desde lugares muy complicados, y tomar una decisión.
El drive de Álvaro salió más a la derecha de lo que quería el de Guadiaro. De hecho, flirteó con el agua o con bola injugable en los arbustos. Al menos, esa era la sensación desde el tee al ver salir la bola. Sin embargo, se quedó. Acabó en el rough, aguantada, a poco más de un metro del agua. Era el momento de tomar una decisión. Tenía 185 metros a volar el lago y 205 a la bandera.
En este vídeo os contamos cómo se cocinó todo…