Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Dos caminos distintos para llegar a la final

Dos caminos distintos para llegar a la final

Compartir

Anthony Kim y Ross Fisher ya están disputando la gran Final del Mundial Match Play. La igualdad, de momento, es máxima y el espectáculo, fantástico. Después del hoyo 12 Fisher marcha 1UP y los dos han hecho ya cinco birdies. El ganador hoy en Finca Cortesín lo será por derribo. Ya verán…

También se está jugando la final de consolación entre Ángel Cabrera y Robert Allenby, ésta a 18 hoyos. Tras el 12, van empatados. El argentino ha hecho cuatro birdies y el australiano dos y un eagle, hoyo en uno en el 6.

 

No obstante, mientras se decide el ganador, nos gustaría detenernos en las semifinales. Fueron muy diferentes. Se vieron golpazos en ambas, pero el ambiente en el partido fue radicalmente distinto.

Anthony Kim disputa el match play con el cuchillo entre los dientes. Para el norteamericano sí es un duelo a cara de perro y lo transmite desde el tee del 1. Kim hace verdaderos esfuerzos por no cruzar la mirada con su rival. Sin complicidad. Va a lo suyo. Es una manera también de mantener el máximo nivel de concentración. Sólo habla con su caddie…

A Kim le cuesta la misma vida conceder un putt. Durante el partido con Allenby, ambos tuvieron que acabar hoyos desde menos de medio metro. El australiano lo sufrió en sus carnes en la President’s y decidió mantener la misma actitud ayer. No realizó ninguna concesión. Incluso, en el hoyo 8, con más de diez personas buscando la bola de Kim, tras una tremenda escapada a la izquierda, Allenby se acercó, observó desde la distancia y se marchó. No era asunto suyo…

Los buenos golpes tampoco eran especialmente alabados por el rival. Para nada. En el eagle de Kim en el 9, Allenby bajo la mirada y se puso a practicar el putt en el green mientras el americano daba botes de alegría junto a su caddie.

El ambiente en la otra semifinal era bien distinto. Fue un partido entre caballeros. Fisher es un tipo flemático y Cabrera tiene un comportamiento exquisito. “Gracias amigo”, le decía el ‘Pato’ a Fisher en un riguroso español después de que el inglés le diera la enhorabuena por un preciso approach en el green del 12.

Se felicitaban los golpes y había cierta piedad, siempre dentro de un clima de máxima competitividad. Cabrera va siempre muy relajado en el campo y eso lo transmite en el juego.

Hubo otros dos detalles muy buenos del argentino. En el hoyo 17, el 35 de su cuenta particular, Cabrera mete para par un delicado compromiso de, más o menos, un metro. Le toca el turno a Fisher con un putt muy parecido. Cabrera marcha uno abajo. Si falla el inglés empatan y si la mete se la tendrá que jugar en el 18. Se monta un ligero revuelo en la grada del 17 y el primero que pide “silencio, por favor” es el ganador del Masters de Augusta.

El otro detalle es en pleno desempate. En el segundo hoyo. Los dos juegan de libro el 18 y se dejan sendas opciones de birdie de menos de un metro. La de Cabrera podría estar, como máximo, unos diez centímetros más lejos. El argentino le da el putt a Fisher, mientras el inglés le obliga a patear.

Salieron de algunos hoyos caminando juntos, aunque tampoco hablaron, entre otras cosas porque Cabrera no sabe inglés.

Kim y Allenby sí hablan perfectamente inglés (es su lengua), pero no cruzaron palabra y siempre marcharon por caminos distintos, sin cruzar gesto, palabra o mirada. Podría pensarse que viene de lejos, del enfrentamiento que tuvieron en la President’s, pero lo cierto es que Kim siempre juega así el match play.