Open de Portugal en el Morgado Golf Resort, situado al sur del país hermano, en El Algarve, en un tranquilo e inspirador valle situado entre Portimao y Monchique. No es un torneo grande. O lo es a todas luces, según se mire. La bolsa de premios apenas dice nada a primera vista: el ganador aquí se embolsa 83.000 euros, un cheque veinte veces menor que el que recibirá el ganador del THE PLAYERS, que se disputa al mismo tiempo al otro lado del charco… Sin embargo, este torneo, un híbrido en el calendario del Challenge y el European Tour, no deja de ser un auténtico ‘major’ a pequeña escala, una cita de enorme importancia para la mayoría de los jugadores aquí presentes.
Quien gane esta semana obtendrá automáticamente los derechos de juego del circuito europeo hasta final de 2017, además de dejar a las puertas, por si acaso, su clasificación final entre los quince primeros de la Road to Oman a final de temporada, pensando en los derechos de juego del European Tour para 2018. A ese tipo, le puede cambiar la vida, ya sea un joven aspirante que se está abriendo paso en el mundo profesional, o un jugador más baqueteado, que trata de tomar de nuevo impulso. Y quien acabe segundo habrá recorrido, por ejemplo, más de la mitad del camino hacia una plaza en el citado top quince de la Road to Oman al final de temporada. En definitiva: no hay ni un solo torneo del calendario del Challenge con una bolsa de premios mayor que la que se reparte esta semana.
No hace falta señalar que todos los españoles presentes en tierras lusas buscan ese golpe de timón en sus carreras, cada cual con sus circunstancias. Comenzando por Álvaro Quirós, que por palmarés y trayectoria lidera aquí a la Armada, y que trata de recuperar el terreno perdido, siguiendo por Borja Virto, que después de dos torneos del Challenge Tour está metido ahora mismo en el top-15 del ranking, o por Pep Anglés, cuyo inicio de temporada hay que calificarlo como notable, y por el resto: Scott Fernández, Borja Etchart, Álvaro Velasco, Pedro Oriol y Jordi García Pinto.
