Son jugadores distintos, cada cual con su trayectoria y con su juego, pero Nacho Elvira (-17) y Jorge Campillo (-15), tercero y quinto clasificados en el Open de España, comparten hoy una ‘coletilla’ en el mundillo del golf: “cuando abran la lata de los triunfos en el circuito europeo entrarán en otra dimensión y crecerán en una progresión superior”. A Nacho Elvira le ha faltado muy poco esta semana en el Centro Nacional. De hecho, el cántabro afincado en Madrid, ya ha dado hoy pasos que pueden marcar un antes y un después en su carrera.
La vuelta final de hoy de Elvira ya es en sí misma un importante aldabonazo, por la actitud y por la templanza que ha mostrado
Ciertamente, Elvira es un jugador que siempre ha aguantado bien la presión de estar arriba. Pero su vuelta final de hoy, a pesar de haber firmado un 71 insuficiente para el triunfo, ya es en sí misma un importante aldabonazo. Por la actitud, por la templanza que ha mostrado, por ser capaz de apretar cuando la situación lo demandaba (birdies en los hoyos 13 y 14, sobre todo el del 14, un par 3 que estaba muy complicado), aunque finalmente cayera en el hoyo 17 tras enviar la bola al agua… En el tee de este penúltimo hoyo, no obstante, no se vio a un jugador superado por las circunstancias, ni mucho menos, aunque realmente se habían encontrado, Nacho y su caddie, Diego Suazo, con la siempre complicada situación de verse entre palos (estaban entre el hierro 3 y el 4, sobre todo porque el hierro 3 de Nacho es una especie de ‘driving iron’ con el que sale la bola muy fuerte).
Elvira ha cerrado su mejor semana del golf en mucho tiempo
Elvira, a pesar del jarro de agua fría final tras una jornada muy bien trabajada, ha cerrado su mejor semana de golf en mucho tiempo. No conseguía un tercer puesto desde el Open de Italia de 2016, hace más de año y medio, y un top ten desde el pasado mes de septiembre, en Portugal, la última vez que realmente anduvo más o menos cerca del triunfo (salió el domingo a tres golpes del líder).
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Su año 2018, además, no había comenzado de la mejor manera, enredado como estaba en los greenes, con una desconfianza grande en esta parcela del juego que terminaba afectando al resto. Esta semana, sin embargo, adoptando un modo más natural para patear, más de sensaciones y menos marcado por la técnica y los ángulos, la bola le ha corrido muy bien, clavando casi siempre la fuerza. Y todo ha ocurrido en un momento crucial de la temporada, en la antesala de los grandes torneos del circuito europeo.
