Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Elvira y Campillo: dos magníficos segundos puestos que dejan un regusto amargo

Elvira y Campillo: dos magníficos segundos puestos que dejan un regusto amargo

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Nacho Elvira durante la jornada final del Qatar Masters. © Golffile | Phil Inglis
Nacho Elvira durante la jornada final del Qatar Masters. © Golffile | Phil Inglis

No es tan extraño que en Qatar venga alguien que había salido casi una hora antes que el partido estelar y te gane el torneo por la puerta de atrás. Es lo que ha hecho Justin Harding (-13) y, no nos equivoquemos, se trata sólo de una expresión: para ganar por la puerta de atrás hay que jugar mucho y muy bien, que es lo que ha hecho Harding, un enjuto sudafricano de swing violento que enfoca muy bien y que ya venía de hacer grandes resultados en este 2019, ganándose a pulso, ahora sí con absoluta certeza y por primera vez en su carrera, una plaza en el European Tour. En el tee del hoyo 10, con un acumulado de -8 después de hacer tres birdies y dos bogeys por los primeros nueve, ni siquiera se le pasaba por la cabeza la opción de luchar por el triunfo. Tres cuartos de hora después, tras firmar el birdie en el 10 y en el 12, se dijo, por qué no, según confesaba después.

Justin Harding posa con el trofeo de ganador del Qatar Masters. © Golffile | Phil Inglis
Justin Harding posa con el trofeo de ganador del Qatar Masters. © Golffile | Phil Inglis

No es extraño, porque hay mucho birdie en los últimos hoyos del Doha Golf Club y, si tu llegas antes que el resto de candidatos y eres capaz de dar allí la campanada y poner un resultado exigente en la casa club, reduces mucho el diámetro de los hoyos a todos los que vienen por detrás, que a la fuerza deben ir pendientes de las tablas de resultados. De alguna manera sacas a todo el mundo de su hoja de ruta y, a veces, eso te llega para llevarte el gato al agua.

VÍDEO: Un approach a la altura de un Número 1 del mundo (aunque ahora no lo sea)…

De nuevo, la Armada española, ha rondado el triunfo en el Qatar Masters. Esta vez, Nacho Elvira (-11) y Jorge Campillo (-11) se apuntan sendos segundos puestos, un sabroso botín. Sin embargo, es imposible no quedarse con un regusto amargo. Por dos largas y argumentadas razones:

La primera. La excelente puesta en escena de Campillo, que con tres birdies en los primeros cinco hoyos se subía inmediatamente al carro ganador, nos hacía pensar si no sería ésta, al fin, su gran ocasión, viniendo un poco más de tapado. En realidad, al estilo Harding, ahogando a los principales candidatos con una vuelta baja justo por delante.

Elvira, Campillo y Arnaus respetan la tradición y compran papeletas en Qatar

Sin embargo, seamos francos: otra vez, cuando se ha visto ahí arriba, le ha faltado al extremeño una pizca de tranquilidad, de temple, de equilibrio, de oportunismo en definitiva, para rematar. Sólo una pizca, pero suficiente para quedarse de nuevo a una brazada de la orilla. Sería un error achacarlo siempre y todo a la mala suerte. Hoy, cada vez que ha llegado a lo más alto de la tabla, ha tardado muy poco en dar un paso atrás, con la consiguiente frustración que ello trae consigo.

Si se quiere descender más a los hechos concretos, contantes y sonantes, seguro que Jorge entiende que se ha dejado el torneo en tres putts de un metro, metro veinte a lo sumo, uno de birdie en el 10 y dos de par en los hoyos 6 y 14, aunque, todo hay que decirlo y matizarlo, no es fácil enchufarlos desde esa distancia en unos greenes que siempre andan buscándote las cosquillas y, además, con ese viento. Hoy ha soplado menos, pero se dejaba sentir lo suyo, mucho más en las zonas más expuestas del campo. Sea como sea, tampoco parece muy justo exigirle mucho más a quien ha firmado un 68 en la ronda definitiva. Antes o después viviremos la epifanía de Campillo y, entonces sí, no nos cabe la menor duda, no tardarán demasiado en llegar su segunda y tercera victorias.

Jorge Campillo en la ronda final en el Doha Golf Club. © Golffile | Phil Inglis
Jorge Campillo en la ronda final en el Doha Golf Club. © Golffile | Phil Inglis

La segunda y principal razón que explica el amargo regusto: el ordenado y pujante arranque de Nacho Elvira, de nuevo bastante entonado con el driver, también apuntaba al objetivo más alto. Y, sobre todo, porque el cántabro estaba pateando hoy de lujo desde distancias medias y largas, un bonus que suele ser definitivo en las rondas finales, tal y como parecía demostrarse con ese putt tan bien tocado en el 12 que enchufaba desde unos nueve metros y que le servía para agarrar el liderato en solitario a falta del último tercio de la vuelta. Esta vez, todo parecía venir de cara y en su sitio para el español. Hasta que apareció Harding, con sendos birdies galácticos en los hoyos 15 y 17 y, sobre todo, hasta que el propio Elvira comenzaba a combinar errores y aciertos magistrales y la moneda se posaba del lado malo….

“Álvaro, ¿me echas una mano con el driver?”

Perfectamente pudo caer del bueno, la verdad, pues tampoco se ha visto al español paralizado por las apreturas del momento: fallaba el tiro de salida en el 13, par 3, pero acto seguido sacaba adelante con nota un delicado aprochito, para luego fallar el putt de un metro que le quedaba. En el 14 erraba el segundo tiro, pero desde el lado malo recuperaba al estilo Seve, fantástico. Fallaba la salida en el 15, pero compensaba con un disparo maravilloso desde el rough y a más de 180 metros de la bandera, para dejarse una muy buena opción de birdie… Acto seguido tiraba un buen putt y no entraba. Pegaba una gran salida en el 16, el famoso par 4 corto del campo catarí, que por un solo metro no le procuró la mejor opción de eagle del día, pero a continuación erraba el aprochito y acto seguido tiraba un putt de birdie pleno de determinación, desde unos seis metros, que se salía del hoyo tras pegar en el tablero… En el 17 decía adiós con un bogey, ahora sí demasiado exigido y sin pegar tampoco un mal tiro en este par 3, mostrando por vez primera síntomas de agobio o ansiedad mientras Oliver Wilson se aliviaba de un aspersor cuando no le tocaba hacerlo y él aguardaba impaciente a que se quitara de en medio…

Campillo, con los dos segundos puestos consecutivos en Omán y Qatar, ya tiene hecha la temporada: suma cerca de 400 puntos en la Race

Puestos a ver la botella medio llena, que al final es lo más práctico y sano, conviene también recordar que Nacho venía de fallar todos los cortes, hasta cinco, en la presente temporada y que por tanto ha metido en vereda de golpe y porrazo al año 2019, antes de que los niveles de frustración y ansiedad fueran haciéndose insoportables. Y anotar que Campillo, con los dos segundos puestos consecutivos en Omán y Qatar, ya tiene hecha la temporada: suma cerca de 400 puntos en la Race, justo los que a ojo de buen cubero se estiman necesarios parta mantener los derechos de juego (y estamos sólo en marzo), además de dar otro empujón en el ranking mundial y de garantizarse por mucho tiempo una plaza dentro del top 100.

Tampoco puede obviarse el 66 final de Pablo Larrazábal (-6), que aupaba al barcelonés casi cuarenta posiciones, aunque por momentos se le veía capaz incluso de llegar al top desde ninguna parte. Ni la buena semana de Adri Arnaus (-9), decimocuarto puesto final, aunque no haya conseguido acaparar la atención en la ronda definitiva.

Consulte aquí los resultados del Commercial Bank Qatar Masters