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Hay sesenta y sietes y sesenta y sietes

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Buena pesca matutina. La iluminadísima y previsible verbena de birdies ha comenzado en el Oceánico Victoria Golf Course (Vilamoura, El Algarve). El que no baje hoy de 69 golpes que no aspire a meterse ni en sueños siquiera entre los veinte primeros… Los líderes provisionales son los suecos Robert Karlsson y Joahn Edfors, y el holandés Maarten Lafeber, todos con -8. La cosa pinta, por ahora, de azul y amarillo, porque detrás de ellos se sitúa otro sueco, Alex Noren (-7). Tarjetones…

Pero una vez más, y aún a riesgo de resultar repetitivos a lo largo y ancho de una larga temporada de golf, hay que matizar. Es cierto que quizá no pase de la decena el número de jugadores que entreguen tarjetas sobre par en el turno matutino. Es indudable, y lo hemos escrito y recordado hasta la saciedad, que este campo se deja querer. Es evidente que los jugadores sienten en el campo que cada opción de birdie que dejan escapar les lleva abajo en la tabla… Con todo y con eso, hay que jugar un buen golf para entregar una espléndida tarjeta. Aquí y en el Tibet.

Así que tenemos que felicitarnos porque hasta tres jugadores españoles se han metido entre los elegidos, han jugado un buen golf y tienen a tiro la cabeza.

De entrada, Pablo Martín (-5). Finalizaba con bogey en el 18 y emborronaba sólo ligeramente la jornada. Ha pegado enormes tiros por los primeros nueve hoyos. Mención especial merece su segundo golpe con un hierro largo en el hoyo 7, el ‘coco’ de este campo’,  dejándose casi dado el birdie (ojo, porque en este hoyo sólo se han hecho cinco birdies por la mañana). Después se ha mostrado algo más irregular por los segundos nueve. Quizá por eso el malagueño se marchaba con sensaciones más bien grises. “No he pegado bien a la bola, aunque he pateado bien. Un 67 está siempre bien, pero creo que hoy muchos jugadores van a hacer muy pocas”. Por ahora, sus 67 golpes le colocan séptimo…

Ahí se encuentra también Álvaro Quirós (-5). Es curioso, porque con el mismo resultado las sensaciones eran casi opuestas. “El que juegue bien puede hacer -8, está claro, pero ha sido un buen día para mí. Al fin he vuelto a tener muy buenas sensaciones en un campo de golf. La semana pasada ya tuve algún día un poco mejor y hoy, por fin, he pegado unos cuanto golpes muy buenos, de esos que notas que la has tocado perfecta, que el palo pasa y parece que ni había bola. He tenido suerte un par de veces en toda la ronda, pero en realidad creo que me he dejado en el campo algunos birdies. Todavía me falta un pelín con el driver, aunque hoy he pegado algunas salidas fantásticas”.

Pues ya lo ven, hay sesenta y sietes y sesenta y sietes. ¿Hay que quitarle o darle razón a cualquiera de estas dos valoraciones? En absoluto. Las sensaciones son subjetivas, pero forman parte de la realidad. Son caprichosas, entran y salen y nunca se sabe en qué orden. Cualquiera que juega al golf lo sabe, y ni siquiera hace falta ser un hándicap bajo para ello.

Pablo Larrazábal (-4) ha cumplido de momento con la previsión que de alguna manera nos realizaba ayer Gonzalo Fernández Castaño y que les contábamos esta misma mañana. Buena vuelta. Buen resultado. Y buenas sensaciones también. “Ha sido una lástima esa desconcentración que he tenido en el green del hoyo 3 donde he tripateado. Pero he pegado muy bien a la bola. Necesito tener un poco más de paciencia y pensar que los resultados van a venir pegando así a la bola”.

Larrazábal nos relataba así uno de los golpes del día, su madera de calle en el par 5 del hoyo 5, que le dejaba una opción de eagle más o menos razonable. “He pegado una gran madera 3 desde 249 metros. Tenía el viento de lado, algo a favor, y si la pegas alta sabes que te va a bolar con este calor que hace. He pegado bien, y luego el putt de eagle me ha hecho una corbata casi perfecta”. Sea como sea, parece que el barcelonés está hoy más en la línea de pensamiento de Quirós: el resultado pudo ser mejor, pero sus sensaciones han sido buenas.

Karlsson se encuentra como pez en el agua en este campo. “Me transmite grandes sensaciones cada vez que me pongo en el primer tee”, explica. No en vano ha estado cerca de la victoria en dos de las tres ediciones que se han jugado hasta la fecha. Pero tiene mérito en todo caso, porque el veterano jugador nórdico reapareció la semana pasada. Él y Edfors han entregado tarjetas inmaculadas, libres de bogeys.

En cuanto a los otros dos españoles que jugaban en el turno matutino, Nacho Garrido (-1) ha alternado aciertos y errores, algo similar a lo que le ha ocurrido a Alejandro Cañizares (Par). Es inevitable que la sensación no sea buena, cuando se han hecho tantos birdies en el campo.