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Jon firma un 65 y le ‘echa la culpa’ a la buena actitud

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Jon Rahm. © Golffile | Eoin Clarke
Jon Rahm. © Golffile | Eoin Clarke

Portstewart ha mostrado su lado más amable, tal y como habían señalado las benignas previsiones meteorológicas. Hasta 62 tarjetas por debajo de setenta golpes se han certificado en la primera jornada del Open de Irlanda y los dos primeros líderes, Daniel Im y Benjamin Hebert, entregaban sendos resultados de 64 golpes, sin un solo borrón en sus tarjetas. Por momentos, cada cual en diferentes tramos, pareció que iban a reventar el Strand course. Y mañana viernes, en principio se espera más de lo mismo antes de que venga el Tío Paco con el viento y las rebajas durante el fin de semana…

Jon Rahm (-7) no se ha quedado lejos. Vuelta de 65, la mejor del año desde aquella con los mismos guarismos, siete menos en el día, que protagonizara el domingo en Torrey Pines para llevarse puesto el Farmers. El mozo de Barrika se ha quitado un peso de encima. Sufrió lo indecible en el Memorial (aquella lista interminable de putts que no entraban), aunque sólo la mitad que en el US Open, con la ansiedad desbordada; y en Francia, aunque cerrara una semana pulcra y notable, tampoco terminó de soltarse, de disfrutar, de rematar y pulir los hoyos, los greenes, las rondas de golf.

Esta vez le ha dado finalmente la vuelta a la situación. ¿Una cuestión de actitud? No solo, pero es más que evidente que tiene mucho que ver. “Tenía que volver la calma, no tener tantas ganas de jugar bien y dejar que las cosas pasen”. Así explicaba Rahm lo que ha ocurrido en pocas y certeras palabras. Probablemente, fue esa lucidez en el campo la que le permitió analizar la situación pasados los primeros hoyos en serena charla con su caddie, Adam Hayes: estaba pensando demasiado sobre la bola, le dijo, y quizá había llegado el momento de apuntar y disparar, sin más. Dicho y hecho. A partir del hoyo 4 todo fue aún más fluido y los errores casi pudieron contarse con los dedos de una mano (y sobraban cuatro: sólo falló la salida del 8).

El corte va a ser muy exigente en la segunda jornada, si es que efectivamente se mantiene la bonanza. Podría irse hasta -3 tranquilamente. O quizá más. Bueno ha sido por tanto el 68 de Adrián Otaegui (-4), que igualaba el registro matutino de Pablo Larrazábal. El resto de la Armada debe salir a por todas porque los birdies, se ha demostrado, están ahí, aguardando a la vuelta de la esquina, siempre que se juegue con orden, faltaría más. Además de Cabrera Bello (-3) y Jiménez (-3), debe ser el día de la confirmación de Alejandro Cañizares (-2) y Eduardo de la Riva (-2).

Hay otros españoles que van a tener que remar más y jugar por debajo de 69 y hasta de 68 para meterse en el fin de semana: Nacho Elvira (PAR), José María Olazábal (PAR), Jorge Campillo (+1). Por último, Álvaro Quirós (+3) y Pep Anglés (+4) tendrán que echar mano de la épica… No los enterremos todavía, en cualquier caso.

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