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Gana el Abu Dhabi HSBC Golf Championship

Pablo Larrazábal confirma su nueva dimensión

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Pablo Larrazábal (-14) ha ganado el Abu Dhabi HSBC Golf Championship y ya puede sentirse miembro de pleno derecho de lo más granado de la élite del golf mundial. De acuerdo: lo más complicado es mantenerse, pero llegar, lo que se dice llegar, tampoco lo consiguen tantos.

Así es porque suma ya tres victorias en el circuito europeo, un club al que tampoco pertenecen tantos jugadores como pueda suponerse. Pero, sobre todo, por el modo como ha fraguado el triunfo y ante quién lo ha definido.

Pablo ha ganado en el hoyo 18 del Abu Dhabi Golf Club, embocando un putt de birdie de un metro y aguardando unos minutos a que Phil Mickelson (-13) terminara, porque con el norteamericano nunca se sabe y un eagle lo llevaba derecho al play-off junto al español. Pero, en realidad, Larrazábal estaba ya ganando el torneo sobre el tee del hoyo 1. Allí, flanqueado por Rory McIlroy (-13) y Miguel Ángel Jiménez (-7), se sintió de verdad capaz de darse una opción de triunfo. Sentía realmente, antes de comenzar, que sus armas, bien utilizadas o exprimidas al ciento por ciento, podían llevarle a la gloria, incluso ante varios de los mejores jugadores del mundo.


Digamos que hoy se ha hecho carne la nueva versión de Pablo Larrazábal. La que lleva forjándose a fuego lento al menos un par de años. La que no es sólo fruto del talento, el arrojo y la frescura. La que, por tanto, se debe a un trabajo magníficamente bien planificado hasta el último detalle. El barcelonés, de hecho, se ha hartado de dar las gracias a su equipo de trabajo en los minutos siguientes a la gran victoria. A todos, y en especial a ese hombre misterioso que no quiere revelar su nombre y que, según explica el jugador, le ha enseñado a meterse en una burbuja, a mantener erguida la concentración durante el tiempo que dura una vuelta de golf.

Puesto en marcha sin complejos, los cuatro primeros hoyos de Larrazábal este domingo en Abu Dhabi resultaron ser una sublime declaración de intenciones. Miguel, Rory, os respeto y admiro, pero tendréis que dar lo mejor de vuestro juego si queréis batirme. En el hoyo 1 pateó para birdie desde dos metros y medio. Falló. En el hoyo 2 lo hizo desde un metro y medio. Dentro. En el 3 se procuró otra gran opción de un metro y medio pegando un soberbio segundo tiro desde la arena de calle. Falló. En el 4, primer par 3 del recorrido, casi se dejó dado el birdie, a medio metro. Y fue adentro, claro.

El remate a esta serie no fue tan brillante, pero sí vital. Especial. Y revelador. Una muestra excelente de esa nueva dimensión en la que pretende moverse este jugador de ahora en adelante. Pablo fallaba la salida en el hoyo 5, volvía a errar desde la arena del desierto el segundo tiro (suerte tuvo de no haberse metido en un bush), llevando la bola al rough y, sin embargo, se mantuvo centrado y alerta. Le hizo un regate al pánico y a la frustración y sacó un bogey de oro y diamantes, porque aquello apuntaba al doble bogey de forma descarada.

Aún tenía guardada una última vuelta de rosca para los nueve hoyos definitivos, los que se dicen de la verdad, y no sin razón. Miguel flaqueaba nada más comenzar este tramo (bogeys en el 10, 11 y 12), pero Rory lo tenía claro respecto a Pablo: no me va a regalar nada. De hecho, era Mickelson quien se mostraba generoso con un triple bogey surrrealista (él es el rey del surrealismo en golf) en el hoyo 13. (Vídeo con lo mejor de la última ronda).

Ya saben: escapada monumental y golpe a diestras de Lefty metido en una moña gigante y con el que terminaba impactando dos veces a la bola, que además se quedaba dentro de la moña… Nuevo golpe a diestras y así, golpe a golpe, hasta siete. Su galope final fue memorable, pero Pablo no dio margen a la remontada completa. Es más, bien pudo haber rematado antes de llegar al 18 con una buena opción en el 15 y otros putts de birdie más largos pero muy bien tirados en el 16 y 17.

A estas alturas de la película el bueno de Craig Lee (-7), líder en solitario al inicio de la jornada, ya había desaparecido del mapa. Por suerte o por desgracia, se juegue en la dimensión que se juegue, se marche o no dentro de una burbuja, esto le pasa a todo el mundo. A Tiger,  Mickelson, McIlroy, Miguel, Sergio… A todos. Y Pablo, por supuesto, volverá a probar esa amarga medicina. Una y cien veces. Pero quizá también, con más frecuencia, vuelva a ser el mejor en la dimensión de los elegidos. En Qatar, ya mismo, la próxima parada y el primer examen. Que no se baje nadie del tren.

Resultados finales Abu Dhabi Golf Championship