Inicio Grandes Circuitos DP World Tour Pablo Martín sufre… Y remata a lo grande

Pablo Martín sufre… Y remata a lo grande

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Pablo Martín (-11) ha conseguido la victoria en el Alfred Dunhill Championship, firmando un doblete superlativo, ya que hace doce meses también vencía en el Leopard Creek (Malelane, Sudáfrica)…

El triunfo ha llegado finalmente con una carga de suspense no apta para corazones delicados, pero ha llegado, que es lo que cuenta.

De nuevo el golf español inicia la temporada con triunfo. De nuevo Pablo Martín se sitúa como primer líder de la Race to Dubai. De nuevo se abren así las puertas a un curso de golf memorable. Y que dure. De nuevo el Leopard Creek bendice a la Armada, que suma aquí su tercera victoria en los últimos cinco años (Álvaro Quirós ganó en diciembre de 2006, abriendo el año 2007).

No cabe duda de que la clave de esta victoria ha estado en los primeros nueve hoyos del malagueño. Quizá, incluso, habría que concretar en los dos primeros hoyos de su ronda, pues comenzaba imperial con birdie-eagle, superando ya desde ese momento a su compañero de partido, Anthony Michael (-9), que había comenzado el día defendiendo el liderato con una ventaja de un golpe.

En realidad, el inicio de sus segundos nueve ha sido casi igual de bueno, dejándose muy buenas opciones de birdie en los hoyos 10, 11 y 12. Merece la pena destacar su tirazo en el par 3 del hoyo 12, el mejor del día a una bandera ciertamente con guasa, aunque luego no embocara el putt de dos metros.

Y después… ¿Es posible que asomara ligeramente el pico de la sábana del fantasma de Portugal? El caso es que Martín comenzó a sentirse más incómodo y a fallar golpes. Lógico y normal, por otra parte. Qué difícil es ganar. Sobre todo si hace menos de dos meses te has visto en una situación similar (Portugal Masters, donde también salió en el partido estelar del domingo ) y al final no pudiste rematar…

Sea como sea, la ventaja de cinco golpes que había tomado después de doce hoyos, terminaba siendo un colchón decisivo. El hecho de verse por delante cuando llegaron los malos momentos aún le dio al español el aire suficiente para ir solventando los problemas. Incluso después de jugar uno de los hoyos más rocambolescos de su carrera, el 17 (VER AQUÍ EL DESARROLLO DE LA VUELTA FINAL GOLPE A GOLPE). Aquí firmaba Pablo un triple bogey durísimo que dejaba en el aire el triunfo…

Por delante, Schwartzel, Rock o Aiken no habían conseguido meter la presión necesaria, igual que el propio Anthony Michael . Pero es el momento de recordar, resaltar y subrayar una obviedad que a veces se pasa por alto: todos estos jugadores fueron con el agua al cuello casi desde el principio gracias al arranque monstruoso de Martín. Lo que ha hecho Pablo por los nueve primeros hoyos también lo ha hecho jugando en el último partido, con esa ansiedad que provoca el olor de la gloria… Y lo que ha hecho en ese tramo ha sido muy grande; sólo treinta golpes, con una limpieza y precisión abrumadoras. Un registro de otra galaxia si miramos lo que han hecho todos los demás. Y todo ello en un campo en el que, no lo olvidemos tampoco, sólo 26 jugadores han bajado del par al final de la semana (el rough de calle estaba mucho más denso este año).

El accidentado hoyo 17, después de clavar una bola en los límites de un bunker de calle con el segundo tiro, ha dejado al malagueño unos minutos tirado en la lona y casi sin respiración. Pero Pablo ha sabido levantarse antes de la cuenta en el tee del 18, poniendo después la bola de dos en green en este par 5 y finiquitando así la cuestión. Hay que valorar con esmero y detenimiento el hierro de calle (posiblemente un 5) que ha pegado. Hace dos años Ernie Els llegaba al mismo punto desde el tee, metro arriba o abajo, y con tres golpes de ventaja sobre el segundo, para acabar liándola bien liada (se fue al agua dos veces) y perder el torneo. Entre otras cosas, y además de la presión lógica del momento, ahí se le pega a la bola en cuesta abajo y cualquier error milimétrico en los ángulos del swing puede costarte caro.

De alguna manera, la ingrata lección de Portugal ya está dando frutos. Excelentes noticias para un muchacho de 24 años que acaba de ganar su tercer torneo en el circuito europeo, es cierto, pero cuyo margen de mejora es todavía imposible de calcular.

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