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A quién se le ocurre comparar algo así con la inmensidad de la Ryder…

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Álvaro Quirós y José María Olazábal, durante la ronda de prácticas hoy en Valderrama. © Mike Denker
Álvaro Quirós y José María Olazábal, durante la ronda de prácticas hoy en Valderrama. © Mike Denker

Hace veinte años que se disputó la Ryder Cup en Valderrama. Hace veinte años y diecinueve días, para ser más exactos, el capitán Severiano Ballesteros levantaba la copa de campeón. Esta semana, en la nómina de participantes del Andalucía Valderrama Masters, sólo encontramos a un jugador que participase en aquel evento. José María Olazábal, por supuesto (también anda por aquí Alejandro Molina, caddie argentino que lleva la bolsa de Ricardo González y que estuvo en aquella Ryder junto a Constantino Rocca).

Hace escasamente una horas Chema salía a jugar por el tee del hoyo 1 de Valderrama casi con la misma ilusión que lo hiciera el 26 de septiembre de 1997, cuando abría los fourballs del viernes por la mañana junto a Rocca, precisamente, con un retraso de tres horas por culpa de aquellos apocalípticos chaparrones, en duelo a cara de perro ante Love III y Phil Mickelson, a quienes batieron por uno arriba en el 18…

Álvaro Quirós. © Mike Denker
Álvaro Quirós. © Mike Denker

Esta vez su pareja es Álvaro Quirós y sus rivales Martin Kaymer y Gonzalo Fernández Castaño. No está mal, los muchachos dan la talla, pero cualquier comparación con toda una Ryder es poco menos que un acto sacrílego. O una soberana estupidez. Y sin embargo…

Chema comienza con birdie en el 1. Echando humo. Y en el tee del hoyo 2 Kaymer le pregunta a quemarropa contra quién había jugado su individual en aquella Ryder. Lee Janzen, qué recuerdos. El carrusel no para: nuevo birdie de Olazábal en el hoyo 2 de Valderrama. Dos arriba. Quirós, su partner, vibra. Todos vibran, esa es la verdad.

En el hoyo 3, birdie de Gonzalo. Recortan diferencias y Kaymer exclama en perfecto español. No dejará de hacerlo en todo el partido. Todo comienza a cuadrar. Los hechos y la historia han determinado que el castellano sea también lengua oficial de la Ryder en el vestuario europeo… Será el alemán quien empate el partido con un par, y gracias, en el primer par 5 del recorrido, el hoyo 4: Quirós la había mandado fuera de límites desde el tee, Fernández Castaño al agua desde el fairway y Chema iba peleándose con los alcornoques del flanco derecho…

Gonzalo Fernández Castaño. © Mike Denker
Gonzalo Fernández Castaño. © Mike Denker

El partido no será de Ryder pero echa chispas. Ay, veinte años ya, cómo pasa el tiempo. No hay literatura, podemos jurarlo: el duelo es intenso, los lleva a todos concentrados, pendientes. Se mantiene el all square, hoyos 5, 6 y 7… Y asistimos a un momento mítico caminando hacia el green del hoyo 8. La Ryder a estas alturas lo impregna todo:  Kaymer acaba de pegar un buen disparo y acto seguido Olazábal, el gran capitán, recuerda como si fuera hoy mismo el momento en el que Darren Clarke se puso en contacto con él, vía walkie, a las 17 horas y nueve minutos del 30 de septiembre de 2012, para contarle que el primer putt del germano en el hoyo 18 de Medinah se había pasado un poquito… ¿Un poquito? La madre que lo parió. Nos lo cuenta Chema mientras mira a Kaymer, que viene caminando por detrás tan campante…

Olazábal salva un par imposible en el 9… Su salida había sido horrorosa, tanto que tiene que pegar una madera 3 de segundo tiro desde debajo de un alcornoque y todavía se queda a unos treinta metros del green… Gonzalo masculla: “hay que contar con que va a hacer el 4”. Dicho y hecho. Aprochito mágico y putt de metro veinte adentro. Olazábal y Quirós, uno arriba. Chema se acerca a su partner:

-Pero dime algo, dame un abrazo… ¿Tú sabes lo que habría hecho Seve? Me habría cogido así del cuello, emocionado, así, como se ponía él, me habría dicho que soy el mejor…

-Ya, pero es que vosotros estabais jugando una Ryder, no una partida de mataos…

-No te equivoques, a Seve le daba igual. Se ponía igual por una Ryder que jugándose cinco euros…

Birdie de Kaymer en el 10. Empatados. Birdie de GFC en el 11 y la pareja germano-española manda por primera vez en el marcador. No hay tregua, no se la dan. Ahora es Olazábal quien empata el duelo con un par en el 13. Y acto seguido Quirós pone de nuevo por delante a la pareja vasco-andaluza con un birdie de libro en el 14.

José María Olazábal. © Mike Denker
José María Olazábal. © Mike Denker

En el 15, el momento estrella del duelo. Ahora sí: como si fuera en una Ryder. Olazabal, viento en contra, pega en este par 3 icónico de Valderrama una madera 5 absolutamente maravillosa. “El abuelete todavía tiene algo que decir de vez en cuando”, dice el vasco. El presidente de Valderrama, Nuno Pereira, que pasaba por allí, le dice a Gonzalo que es el mejor golpe que ha visto nunca en este hoyo y en este campo… Quirós también la deja para birdie y ninguno de sus rivales anda siquiera en green. El partido comienza a verse visto para sentencia, pues parece inevitable que Chema y Álvaro se sitúen dos arriba a falta de tres hoyos. Sin embargo… Kaymer la enchufa, preciosa, desde la arena, así las gasta. Explosión de júbilo. Luego Quirós yerra su putt y ahora Olazábal tiene que embocar para empatar el hoyo… Lo hace. Celebración de Ryder. Sólo faltan cinco mil gargantas aullando a pie de green. Por lo demás, idéntico.

En el 16 Quirós salva una situación delicada con un buen par. En el 17 Gonzalo desaprovecha un putt corto de birdie para empatar… Y en el 18 un tirazo de Kaymer obliga a Olazábal y Quirós a conceder el hoyo. Así que, ahora sí, empate final.

¿A quién se le ocurre comparar una partida de martes con la inmensidad de la Ryder? Por si acaso, visto lo visto y vivido y lo vivido, nosotros vamos a darle medio punto a cada pareja en este fourball…