En su corta pero intensísima carrera profesional Jon Rahm ya se ha dado cuenta de hasta qué punto puede llegar a vaciarse emocionalmente después de una gran cita o de un torneo en el que ha estado luchando por el triunfo hasta el final. Le cuesta llevar la adrenalina a los niveles que él necesita para sentirse al ciento por ciento. En este sentido el joven jugador vasco ha tomado medidas preventivas, pensando en su rendimiento en el Open de España.
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Porque la decisión de jugar en el Centro Nacional ha sido de última hora, pero eso no significa que Rahm descarte meterse de lleno en la lucha por el triunfo. Así, enseguida decidía traerse a España a su caddie ‘titular’, Adam Hayes, con el objeto de que cumpla una función de despertador. Es la prueba del algodón de su interés por hacerlo bien en esta cita. No se puede obviar que era esta una semana propicia para darle a Adam un descanso y, en general, para tomarse las cosas con mucha tranquilidad, puesto que nadie iba a exigirle a Jon su mejor versión después del Masters de Augusta…
Jon ha sido campeón de España en todas las categorías y sólo le queda la más alta de todas, el Open
Nadie, salvo el propio Jon. En primer lugar, porque realmente tiene como objetivo ganar el Open de España, el torneo que Seve se llevó tres veces, y nunca se sabe cuántos años va a poder jugarlo; en segundo lugar, porque ha sido campeón de España en todas las categorías y sólo le queda la más alta de todas, el Open; y en tercer lugar, porque le escoció quedarse fuera del corte en su primera presencia como profesional en España, hace unos meses en Valderrama.
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Así las cosas, Hayes aterrizaba el martes por la mañana en Madrid a las 8,20, procedente de Charlotte, y a las 9,30 ya estaba en el Centro Nacional caminando el campo, tomando notas y haciendo cuentas. Ni una sola concesión. La principal labor del caddie esta semana será la de mantenerlo alerta, despierto y enchufado.
Nada ni nadie pueden asegurar que Rahm llegue hasta los últimos nueve del domingo con opciones de victoria, pero él está poniendo todos los medios de su parte
Después, como es lógico, no se pueden controlar todos los imprevistos y todas las emociones, así que nada ni nadie pueden asegurar que Rahm llegue hasta los últimos nueve del domingo con opciones de victoria, pero al menos el jugador habrá puesto todos los medios.
