Es muy posible, si no probable, que muchos aficionados, periodistas y hasta profesionales de golf dieran por hecho el descarrilamiento de Samuel del Val, antes o después, en el Club de Campo Villa de Madrid. Seguro que no era la expresión de un deseo, ni mucho menos, sino más bien una previsión más o menos razonable y razonada. Pero el jugador vizcaíno se ha encargado de demostrar que lleva dentro un jugador hecho y derecho, capaz de luchar por metas muy altas.
Jon arrasa con una versión que todavía nos faltaba por ver
¿A sus 32 años, podría suponer este Open de España un antes y un después en su carrera? A bote pronto, la respuesta debe ser afirmativa. Pero ahora debe aplicarse. Este tercer puesto, además de un cheque que alivia seguramente un año de muchos gastos en viajes, no le garantiza ninguna categoría; él ya pasó la primera fase de la Escuela del circuito europeo y tiene por delante la segunda y, llegado el caso, la Final.
Una vuelta al más puro estilo Seve y nunca mejor dicho
Lo que queda meridianamente claro es que aquella arriesgada decisión de jugar en el PGA Tour de China, compaginándolo con los torneos del Challenge a los que pudiera acceder por invitación, de un modo u otro ha terminado dando sus frutos. En los últimos meses mucha gente, allí, en China, y aquí, en España y en Europa, o en Estados Unidos (él tiene residencia en Atlanta) le preguntaba cómo era capaz de sacar adelante semejante tarea, pero él se aferraba a un principio: hacer lo que otros no hacen para tener lo que otros no tienen. Así nos lo ha confesado (VER VÍDEO), exultante, aunque con los pies en el suelo.
