Scott Fernández (-6) ha firmado el primer 64 de su carrera en el European Tour para situarse, de momento, en lo más alto de la clasificación del Open de Escocia, cuya primera jornada está todavía en marcha. Un momento muy oportuno el ‘elegido’ por el joven granadino para explotar de esta manera, en un torneo de las Rolex Series con un montante en premios capaz de arreglarle la temporada (y algo más…) a cualquiera. A Scott, por ejemplo, le vendría muy bien un espaldarazo para ganar posiciones en la Race to Dubai y afrontar con algo más de tranquilidad el último tercio del ejercicio.
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Tranquilidad y buenas sensaciones, precisamente, es lo que se ganaba el jugador español en el arranque de la vuelta, con un birdie en el 1 y un eagle en el 2. Y no es ninguna tontería, puesto que este ha sido uno de los males recurrentes y fastidiosos de Scott en la presente temporada: demasiadas rondas que comenzaban con bogey o peor, con el consiguiente lastre de todo tipo que ello trae consigo (frustración, prisas, ansiedad). En el eagle del 2, además, ya enseñaba cuál iba a ser uno de sus puntos fuertes de la jornada, el putt, puesto que después de pegar un gran drive y un hierro 8 de segundo tiro, enchufaba un canutazo de considerables proporciones.
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Tras cerrar los primeros nueve con un parcial inmaculado de cuatro menos y hacer birdie también en el hoyo 10 iban a llegar los primeros problemas serios del día tras fallar la calle en los hoyos 11 y 14, donde caían sendos bogeys. Sin embargo, inmediatamente jugaba un hoyo 15 modélico (birdie) y, sobre todo, se soltaba el pelo definitivamente en el 16, par 5 con el viento en contra, donde pegaba el driver desde el tee y de nuevo el driver desde el fairway, para dejar la bola al borde de un green que muy poquitos (o nadie) van a coger hoy de dos. En el 17, finalmente, cerraba la exhibición con otro canutillo de unos seis metros embocado para birdie.
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Es posible que al final del día le arrebaten ese primer puesto que comparte ahora mismo con Robert Rock, Jens Dantorp y Rickie Fowler, ni más ni menos, puesto que se están haciendo muchos birdies en el Gullane Golf Club, si bien la brisa parece un poquito más picante (nada del otro mundo) en las horas de tarde. Gran arranque de torneo de Fowler, que ya ganara en este mismo campo hace tres años, demostrando una vez más lo rápido que se adapta y lo bien que se siente en los links británicos. Disfruta mucho jugándolos y se nota.
Cuando lo doméstico y natural resulta perturbador
Jorge Campillo (-1) no ha tenido un comienzo precisamente explosivo. Aunque nunca hay que desechar una vuelta por debajo del par, como la suya, hay que tener también en cuenta que el corte se situará mañana claramente por debajo del par (podría llegar incluso a -3) si las condiciones de juego se mantienen estables y templadas. En el mismo caso se encuentra Carlos Pigem (-1), que también firmaba un 69, una menos en el día. Peor lo van a tener Nacho Elvira (+1), Pedro Oriol (+1) y Pablo Larrazábal (+2).
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