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«Se lo dedico a mi padre que seguro que lo habrá visto allá donde esté»

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Su primera respuesta al teléfono no deja lugar a la duda. Pablo Martín está como unas castañuelas. Feliz y muy emocionado…

La victoria en el Alfred Dunhill Championship desata un torrente de sensaciones. En primer lugar, en su recuerdo, está Gonzalo, su padre, fallecido pocos días después de su triunfo aquí el año pasado. “Va por él. Esta victoria se la dedico a mi padre que siempre me ayudó muchísimo y seguro que lo habrá visto allá donde esté. Ha sido algo muy emotivo”, explica a Ten-Golf con los sentimientos a flor de piel.

Pablo es un tipo muy agradecido y en estos momentos se acuerda de todos los que han estado cerca. Se acuerda, por supuesto, de su familia, de sus amigos… Y de su entrenador. “Quiero agradecer a Pete Cowen por todo el trabajo que hemos hecho juntos en los últimos tiempos”, señala.

La victoria ha sido de las que dejan huella. Resulta imposible olvidar un torneo con la emoción y la tensión que ha tenido este Alfred Dunhill. Pablo ha sido el primero que lo ha sufrido en sus carnes, especialmente con el triple bogey en el 17. “El 17… Pufff, el 17… La verdad es que se me ha pasado por la cabeza lo de Portugal. He pensado: voy a tirar el torneo igual que hice aquel día…”, asegura. Pero no, reaccionaba a lo campeón con un hoyo 18 absolutamente brillante. ¿Cómo ha conseguido rehacerse? Lo cuenta: “En el tee del 18 me he dicho, a ver Pablo, qué hiciste mal en Portugal y qué no debes repetir hoy. En Portugal no supe asimilar bien el fallo, así que hoy en el tee del 18 he decidido pensar sólo en el presente. El 17 ha sido un hoyo malo, pero ya ha pasado y ahora estoy en el último hoyo del torneo con un golpe de ventaja. Nadie quiere hacer un triple bogey en el 17, pero el daño ya está hecho, así que ahora a por todas para ganar el torneo”, recuerda.

El golpe clave del día ha sido el segundo del hoyo 18. Toda la tensión estaba acumulada en ese instante. Pero Pablo no ha dudado. “Era un hierro 5 y lo tenía muy claro. Además, tenía que ir a por el birdie porque si después te lo hace Michael, se te queda cara de tonto. Si lo fallo, pues nada, qué le vamos a hacer, pero sabía que era el golpe que tenía que dar”, afirma.

La victoria del malagueño se ha forjado, fundamentalmente, en los primeros nueve hoyos. Ha jugado de manera magistral. “Creo que han sido nueve hoyos casi perfectos. El hierro 6 del hoyo 9 para birdie ha sido realmente bueno”, señala.

Aunque su compañero de partida, el sudafricano Anthony Michael, también estudió en Oklahoma, aunque en otra universidad, Pablo afirma que no lo conocía. Sudáfrica empieza ya a ser talismán para Pablo Martín. Hoy en Malelane habrá una buena fiesta española.