Sebastián García Rodríguez había jugado ocho hoyos de la segunda ronda del Australian PGA Championship cuando ha dicho basta ya. No podía seguir. Su cabeza no estaba donde tenía que estar y era absurdo continuar con la vuelta. No ha sido una decisión fácil, pero tenía claro lo que debía hacer.
La razón de su retirada se remonta al pasado lunes. Tanto su padre como su madre se encuentran ingresados en el hospital por dos enfermedades graves y recibió una llamada de casa para comunicarle que su madre había sufrido un bajón. A partir de ahí, la cabeza ya no estaba en el torneo, a pesar de que su familia ha puesto todo de su parte para tranquilizarle y decirle que la situación está bajo control y estabilizada.
La desazón al recibir la noticia, el estrés y la tremenda inquietud se vieron reflejadas en los primeros nueve hoyos del jueves. Hizo 42 golpes. “No podía concentrarme, no tenía la cabeza en el golf. Lo intenté, pero es muy difícil. En el fondo, lo que estaba pensando es qué estoy haciendo yo en Australia, tan lejos, en lugar de estar con mi familia”, aseguraba este viernes a Tengolf poco después de retirarse del torneo.
“No podía concentrarme, no tenía la cabeza en el golf. Lo intenté, pero es muy difícil. En el fondo, lo que estaba pensando es qué estoy haciendo yo en Australia, tan lejos, en lugar de estar con mi familia”
Sea como fuere, Sebas hizo de tripas corazón y volvió a intentarlo este viernes. Salió a jugar y en ocho hoyos hizo tres bogeys y un birdie. Se puso +7, con el corte a seis golpes y diez hoyos por delante. Su cabeza dijo basta. Ya era suficiente. No tenía sentido seguir. Dio la mano a sus dos compañeros de partido y se puso con la logística. Ha anulado el billete de avión de vuelta y ha comprado uno nuevo para salir hoy mismo de tierras australianas y llegar lo antes posible a España para estar con su familia. Lo importante es lo importante.
