Si Sergio García (-16, ganador del Qatar Masters tras vencer en el tercer hoyo de desempate a Mikko Ilonen) había soñado con el inicio ideal de la ronda definitiva, de nuevo podemos constatar que la realidad supera a la ficción…
Porque hasta en sueños hubiera sido arrogante dibujar dos primeros golpes mejores. Driver inmaculado y al sitio desde el tee del 1 del Doha Golf Club y un segundo tiro bestial que dejaba la bola a metro y medio para eagle…
Es cierto, el putt no entró. Pero García estaba en marcha en una jornada de locura absoluta, en la que los numerosísimos candidatos al triunfo iban y venían, subían y bajaban, porque el viento no apareció con la intensidad prevista y por tanto no pudo ejercer de filtro selectivo. En el partido estelar, por ejemplo, Rafael Cabrera Bello, defendía sus opciones con uñas y dientes hasta el final. Su tarjeta de 69 golpes no puede considerarse negativa en absoluto. Ilonen, Olesen, Coetzee, Aiken, Webster, Van der Walt, Lawrie… Todos jugaban sus opciones y todos, de un modo u otro, llegaban vivos al último tercio de la vuelta. Alejandro Cañizares (-14) lideró la revuelta durante buena parte de la jornada. Él venía desde más atrás y, al igual que Sergio, entregaba al final el mejor resultado del día (65) y ponía el primer listón serio en la casa club.
Otra cuarta jornada de despliegue masivo de la Armada española. Como en Abu Dhabi hace una semana. De nuevo, tres jugadores españoles en el ramillete de los favoritos una vez traspasado el meridiano de la última ronda. Mal haríamos acostumbrándonos a semejante demostración. Rafa, Sergio y Alejandro. El gato al agua se lo llevó el de Castellón, fundamentando el éxito en una serie de latigazos prodigiosos que comenzaron en el hoyo 7 y que continuaron hasta el 11 con cuatro birdies de libro (bien pudo caer un eagle en el 10…). Ahí tomaba el control.
Después, el remate lo iniciaba con un toque genial en el 14, donde embocaba un chip largo, lo prolongaba en el 16 con otro birdie, cazando de uno el green en este par 4 corto, y entreabría la puerta al suspense, es cierto, en el 18, puesto que su putt de dos metros de birdie dejaba la bola saludando desde el balcón… Tocaba esperar casi una hora el desenlace dramático del resto de partidos. Y sólo Ilonen alcanzaba el registro ganador con un putt vertiginoso de birdie en el 18.
Rafa entregaba sus opciones con las botas puestas, tratando de embocar un aprochito para eagle desde el fondo del último green. No puede ni debe haber objeciones ni lamentos. Su vuelta había sido consistente, pero otros habían venido pidiendo paso con resultados salvajes. El desempate de tres hoyos entre Sergio e Ilonen resultó algo así como un duelo a muerte en la calle principal de un pueblo cualquiera del lejano Oeste americano. Las balas eran de eagle y de birdie. Y la salvada desde el bunker del de Borriol en la segunda parada del play off, una maravilla genial.
La victoria de García es un Sergiazo en toda regla. Porque el jugador español pone de manifiesto que hoy, a 25 de enero de 2014, quizá sea el jugador más en forma del mundo, con permiso de un Henrik Stenson que ha bajado el pistón en la Gira del Desierto. Sus últimos resultados avalan esta teoría. Sun City, Tailandia, Doha… Es un Garciazo sobre la mesa porque, más allá incluso de los resultados, la actitud de este genio del golf mundial, que marcha por el campo pleno de concentración y, a la vez, ligero y sereno, abre de par en par puertas y ventanas a un campo fastuoso de expectativas.
