Sergio García (-8) ha arrasado en la primera jornada del Nedbank Golf Challenge, torneo de las Rolex Series y último antes de la Final de Dubai. El español, líder autoritario, firmaba un 64, tarjeta que se ha escapado a cualquier media y previsión, si tenemos en cuenta que sus inmediatos perseguidores, Mike Lorenzo Vera, Mikko Korhonen y Charl Schwartzel, se han quedado a cuatro golpes (-4), y que el registro de 70 golpes ha sido más que competitivo y al final del día se situaba a las puertas del top-ten.
VÍDEO | La exhibición de Sergio, en sólo tres minutos
El de Borriol estaba en Sun City, desde luego, pero parecía andar todavía por San Roque. El mismo estilo de juego que en Valderrama, la misma manera de mirar al campo, aunque el Gary Player sea mucho más largo, el mismo modo de entenderlo, hasta de preparar los golpes. El caso es que Sergio los ha matado a todos de nuevo suavemente con la misma canción: calles amarradas, andares precavidos pero firmes, concentración máxima. Salvo en la Ryder, a García apenas le va ya la exuberancia o la onomatopeya y disfruta pergeñando despacio estrategias en campos donde hay que mover la bola, ir siempre al sitio… Campos que exigen el temple de un francotirador, donde el error suele salir caro y que separan a los niños de los hombres.
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El putter, además, ha sido hoy en sus manos un prodigio de ritmo. Como lo fue en Valderrama. Así que no es extraño (¿o sí?) que arroje una media de 66,25 golpes en sus últimas cuatro rondas de competición, las tres del Andalucía Valderrama Masters, donde también firmaba un 64, y esta de hoy. Y todavía tiraba un chipecito magnífico en el 18 que a punto estaba de convertirse en el noveno birdie del día…
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Jorge Campillo (-1) ha rematado también una meritoria vuelta por debajo del par. Meritoria y movida, quizá demasiado, sobre todo en los que respecta a esos cinco bogeys que sumaba al final. Pero el caso es que el extremeño esta ahí de nuevo. Adrián Otaegui, Pablo Larrazábal y Nacho Elvira, los tres con vueltas de 74 golpes, de momento han cargado lastre, pero su posición no es ningún desastre en un campo, hay que insistir, que da muchas menos facilidades de lo que hoy ha pretendido demostrar Sergio García…
