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Turbo GFC (con tracción a las cuatro ruedas)

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Muy bien has tenido que hacer antes las cosas para ganar con un doble bogey en el hoyo 18 del domingo un torneo donde juegan 34 de los cien mejores del mundo. Este podría ser un primer y breve resumen del gran triunfo de Gonzalo Fernández Castaño (-11) en el BMW Masters, primera cita de las Series finales del circuito europeo.

Al fin, a las puertas de noviembre, la primera victoria en 2013 del golf español masculino en los grandes circuitos (porque en el Challenge el asunto no va nada mal este año…). Y ha llegado en un gran torneo y de la mano de un jugador que, cosas de la vida, terminaba hace dos semanas en Portugal echando humo por la nariz porque su juego no carburaba y, lo que aún era peor, fustigado por la incertidumbre y el temor que le causaban unos dolores en la espalda…  

No es la primera vez que Gonzalo le da la vuelta a la tortilla en cuestión de días. Y eso tiene mucho que ver con su asombrosa capacidad de análisis y reseteo, y con una firme determinación en seguir la línea de trabajo marcada, sin volverse loco al primer traspié. Además, hay que puntualizar: sus desvelos en Portugal no tenían tanto que ver con que le estuviese pegando tan mal a la bola, porque realmente no le estaba pegando tan mal, y sí mucho más con la amenazante sombra de una lesión en esa espalda que tanto le hizo sufrir hace un par de años.

Hoy ha jugado como un gran campeón en el Lake Malaren Golf Club (Shanghai, China). Salvo el citado borrón del 18, a donde había llegado con tres golpes de ventaja y con el torneo en el zurrón, los otros 17 hoyos han resultado todo un manual práctico de cómo debe jugarse saliendo en el partido estelar y a por la victoria. Una de la virtudes que adornan al madrileño es la de leer con lucidez el complicadísimo entrelineado de un torneo de golf. Hoy ha vuelto a demostrarlo. Ahora toca mantenerse paciente, ahora hay que atacar, ahora toca tirar al centro del green, ahora hay que resoplar y arriesgar, ahora hay que olvidarse del lado izquierdo y luego del derecho…

El aderezo lo pone su juego corto, uno de los mejores del mundo. No puede haber un ejemplo más cercano y oportuno que el chip que embocaba en el hoyo 17 para birdie y que casi cerraba el torneo. Tiene manos, temple y un surtido amplio de recursos. Nunca debe darse por hecho un bogey cuando Gonzalo anda maquinando alrededor de un green. Y esta etiqueta la llevan pocos colgada. Tiene aún más mérito si tenemos en cuenta que no estamos hablando de un gran pateador, aunque a día de hoy se las haya arreglado para ser más que eficiente, también con ese palo.

La estabilidad de Gonzalo empequeñeció a Luke Guthrie (-9 y dejaba sin efecto las exuberantes vueltas de Peter Hanson (-7, 63 golpes), primero, y Francesco Molinari (-10, 64), después. El español va a dar un salto muy importante en el ranking mundial (rondando el puesto 30º), en la Race to Dubai, donde se mete entre los cinco primeros, y en la clasificación Ryder, donde a partir de hoy aparecerá muy arriba en las dos listas, europea y mundial. 

La jornada ha sido vibrante para el golf español. Pablo Larrazábal (-8) anduvo incluso tonteando con la posibilidad de meterles mano a los de arriba, cuando apretó el paso por los segundos nueve hoyos, pero un par de putts errados y un bogey final en el 18, el único de su tarjeta, cercenaban sus opciones. No obstante, es probable que este haya sido su mejor domingo en mucho tiempo. Es cuestión de rematar un par de detalles, intangibles seguramente, para que de verdad se convierta en ese jugador que él tiene como objetivo, actor en las grandes citas (y protagonista estelar de tanto en tanto). No es sencillo, porque se trata de superar esa famosa, delgada y esquiva línea tras la que se apiñan cientos de jugadores en el mundo. Y no todos tienen sitio en el Olimpo.

Es un análisis que también podría aplicarse a Rafael Cabrera Bello (-7). El canario conquistaba un merecido puesto dentro del top-ten con un gran birdie en el 18, después de una jornada áspera e irregular en la que no terminaba de coger las riendas de la situación. Hubiera necesitado algo más especial en los greenes, porque en realidad se ha dejado suficientes opciones de birdie como para aspirar incluso a la victoria. Y su actitud, en todo caso, no ha sido negativa. Buscaba con paciencia ese momento que revolucionara su juego, pero nunca terminaba de generarlo…

Eduardo de la Riva (-3), por su parte, cerraba la semana con una excelente vuelta de 68 golpes para terminar en el puesto 17º, apuntalando su situación entre los sesenta primeros de la Race. Y Alejandro Cañizares (+4) se sacaba la espina con un 69 muy trabajado después de firmar un triple bogey en el inicio de la vuelta.

Resultados BMW Masters