David Durán y servidor no somos muy dados a los ágapes pomposos, pero, nobleza obliga, fuimos invitados a un almuerzo a la carpa de Hospitalidad del Andalucía Valderrama Masters y allá nos plantamos más patosos que Peter Sellers en El guateque. Los aguaceros están haciéndonos la faena y aprovechamos para dar cuenta de unos manjares de categoría (el dichoso sushi no lo cuento ni tampoco él dio cumplida cuenta del pescadito crudo de marras).
En sitios así, cuentan, es donde se mueve el cotarro, conoces a quienes manejan (pasta, contactos o ambos) y estrechas (o destruyes) relaciones. “Joder, cuánta variedad de quesos”, murmura uno en la cola del bufé mientras otro replica que “el arroz está de diez, tanto la paella como el negro”. Quienes no somos de mucho comer y menos de hablar por los codos, escuchamos, ponemos la oreja cuando otros pegan la hebra. Seré un fisgón patológico o simplemente el periodismo lleva aparejado ciertos vicios que enmascaramos con aquello de deformación profesional y santas pascuas.
En estos banquetes distendidos y sin corbata la gente se toma un respiro y habla con naturalidad (también ayuden las dos cañas y los tres tintos). Muy agradecido, oigan. “Tenemos que comprender en Andalucía que nuestros campos de golf de son como concesionarios de Rolls-Royce. De los mejores del mundo. Disponemos de una industria muy potente que genera muchos puestos de trabajo”, rasco entre bastidores.
Y tanto. Lo verdaderamente complicado es vender bien el mensaje y convencer a los detractores de un deporte y de un negocio que ignoran por completo y que asocian a la derecha, a los pijos, al bon vivant y al señorito andaluz. Que esto bien pensando y mejor gestionado es rentable. Y en muchos casos asequible a todos los bolsillos. Vamos a dejarnos ya de rollos macabeos y de absurdeces ideológicas cuando Andalucía tiene la suerte de que puede jugarse aquí todo el bendito año.
PD. Como no ha podido venir Rahm hijo a San Roque, por aquí anda tan plácidamente Rahm padre. Don Edorta parece que se ha traído de Barrika en la mochila este temporal.
