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Un golpe de cine para cerrar la semifinal del morbo

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Anthony Kim se ha metido hoy en un jardín. O, más bien, ha sido Scott Strange el que lo ha metido. Lo que parecía iba a ser un paseo triunfal del norteamericano hacia las semifinales se ha convertido en un camino de espinas. Le servía perder por menos de cuatro hoyos de diferencia para acabar primero de grupo. Parecía una tarea sencilla, pero Strange no lo iba a poner fácil…

El australiano marchaba seis bajo par en el hoyo ocho. Brutal. A cualquier otro le habrían temblado las canillas, pero Kim está hecho de una pasta especial. Le gusta jugar con presión y se motiva una barbaridad en el match play. Contestó los seis birdies de su rival con otros tres y mantuvo siempre el partido bajo control hasta el hoyo 14.

Un bogey lo situaba en el abismo, cuatro abajo. Estaba fuera de las semifinales. Recuperó la iniciativa en el 15 y la volvió a perder en el 16. Lo que estaba bajo control se convirtió en una ruleta rusa. Y llegó el tiro del día. El disparo de gracia. Un golpe de película. Fue el segundo en el 18. Strange había jugado corto, buscó el birdie con el tercer golpe. Pero la respuesta de Kim fue estratosférica. Estaba a unos 247 metros de bandera, apretó al máximo la madera 3 y lanzó un misil que aterrizó a metro y medio de la bandera. Estaba para eagle y pasaba toda la presión del mundo a su rival. Strange necesitaba dejarla muy cerca. Intentó apurar y acabó en el búnker. De ahí a unos dos metros y medio del hoyo. Lo mejor que podía hacer era el par. Kim se lo concedió y recibió la misma gracia del australiano. Ganó el hoyo y perdió por tres. Estaba en la semifinal.

Una semifinal, por otro lado, soñada por el periodismo anglosajón y, más concretamente, por el americano. Se enfrenta a Robert Allenby.

¿Y por qué la semifinal del morbo? Porque ya se vieron las caras en los individuales del domingo de la President’s Cup hace menos de un mes y Anthony Kim derrotó a Allenby con contundencia. Venció por cinco arriba y tres hoyos por jugar. El ‘aussie’ sólo pudo ganar dos hoyos. Sin embargo, el morbo viene por unos comentarios de Allenby en la rueda de prensa posterior al partido. El australiano aseguró que algunos amigos suyos habían visto a Kim la noche anterior al partido llegar al hotel a las cuatro de la mañana, entrando de lado. Y añadió: “habrá que aplicar la teoría de Kim: acuéstate a las cuatro de la mañana, sal después al campo y haz seis bajo par”.

Estas declaraciones levantaron una tremenda polvareda a cuento de la profesionalidad de Kim. Allenby llegó a compararlo con John Daly.

Sin embargo, dos días después las aguas volvieron a su cauce. Ambos jugadores realizaron sendas declaraciones públicas al PGA Tour y se rebajó la tensión. Allenby aseguró que sus palabras se había sacado de contexto. Se puso en contacto con Kim vía teléfono y se disculpó. El norteamericano lo aceptó y santas pascuas.

Hoy han vuelto al tema. Kim ni siquiera ha entrado. Asegura que es un asunto olvidado. Allenby ha llegado a sentirse incómodo y ha pedido que no se le vuelva a preguntar. Insiste en que se sacaron sus palabras de contexto. Sea como fuere, serán 36 hoyos repletos de morbo.

La otra semifinal enfrentará a Ángel Cabrera y Ross Fisher. Será un duelo de pegadores. El argentino ha jugado hoy como los ángeles. Ha firmado un 64 con ocho birdies y ningún bogey. Es el gran favorito.

Por otro lado, Sergio García ha ganado hoy a Martin Kaymer por cuatro arriba. El castellonense ha jugado de manera soberbia. Ha hecho 65 golpes, tras firmar seis birdies, un eagle (en realidad Kaymer le concedió el putt de unos cuatro metros) y un bogey. Al menos, se despide con un buen sabor de boca. El domingo viajará a China para disputar el HSBC Championship, donde defiende corona.