Ha pasado una hora y media desde que Pablo Larrazábal celebrara su birdie ganador sobre el green del 18 del Abu Dhabi Golf Club. Ahora toca regresar al lugar de los hechos. Allí, con las posaderas bien plantadas a la vera de una trampa de arena, el ganador digiere junto a Tengolf la jornada mágica.
Entre un momento y otro han quedado un puñado de entrevistas y un manojo de plátanos que el barcelonés ha devorado ansioso, porque realmente estaba que se caía por culpa de la tensión devastadora que provoca un duelo de semejante calado.
Vaya por delante: Pablo promete no dormirse en los laureles y bajar de la nube esta misma semana, rumbo a Qatar. Allí quizá no se encuentre el último día luchando con McIlroy y Mickelson por la victoria, pero habrá otros 150 miuras que lidiar…