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Había que hacer 66 para que no te pasaran por la izquierda y saludando…

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Día irritante de golf el que han vivido Sergio García (-9) y Gonzalo Fernández Castaño (-8) en la tercera jornada del HSBC, después de quedarse respectivamente a nueve y diez golpes del líder, Dustin Johnson (-18). Y es que hoy, en el Sheshan de Shanghai, un grupo de excelentes jugadores parecía hacer los birdies como el que come pipas…

Estas cosas ocurren en torneos de semejante calado. Aquí están cuarenta de los cincuenta mejores jugadores del mundo y, a poco que no tengas tu día en los greenes y las condiciones sean favorables, pueden llegar a atropellarte en la parte alta de la clasificación.

Fijémonos bien en lo que había hoy en el campo. Sergio ha entregado una tarjeta de 69 golpes y Gonzalo otra de setenta, resultados que no pueden considerarse desastrosos bajo ningún concepto. Pero es que un sencillo cálculo nos indica que un registro de 66, fantástico hoy y siempre, apenas les habría valido para ganar una posición en la tabla, respecto a la quinta plaza en la que partían. Hoy casi la mitad de los jugadores han jugado por debajo de setenta golpes (36, para ser exactos, por los 14 del jueves o los 21 del viernes), y  además ha coincidido que precisamente en los últimos partidos han abundado los buenos registros. La tormenta perfecta, por desgracia.

Y todavía hay que añadir que a falta de 18 hoyos el ganador podía estar casi decidido, si Johnson no llega a conceder una tregua a sus perseguidores con dos dobles bogeys por los segundos nueve hoyos. Aún así, el norteamericano, que ya partía con una amplia ventaja, entregaba un excelente 66, merced a una impresionante ristra de diez birdies que producía embocando desde todas las posiciones y mostrando también y en general un juego corto muy fino.

Los dos españoles han hecho bastante bien los deberes de tee a green. En este sentido no ha existido demasiada diferencia con los jugones de la jornada. En especial Gonzalo, ha vuelto a coger muchas calles y mucho green. Siempre se le puede pedir a este tipo de jugadores que la dejen un poco más cerca, es cierto, y sin embargo ambos han salpicado toda la vuelta de opciones razonablemente convertibles y han metido muy poquito, por no decir casi nada, desde esa distancia clave que va desde los dos a los cinco metros. Todo lo contrario que Poulter (-15), McDowell (-14) Delaet (-12) o Rose (-12), y por no hablar de Kaymer (-10), que hoy venía de ninguna parte y se instalaba en el top-ten con un nuevo récord del campo (62 golpes). Sergio, sin ir más lejos, cometía dos bogeys en el tramo final errando un putt  de un metro (en el 15) y otro algo más delicado de metro y medio (en el 17).

Cuando no entran los putts de media distancia y ves a tu alrededor que los birdies afloran en el campo, suele producirse un efecto dominó que es nocivo: no metes putts y te presionas para dejarla más cerca, resultando peor el remedio que la enfermedad.

La buena noticia es que aún disponen de una jornada para resarcirse y que todavía merodean los puestos de privilegio. Salvo catástrofe o sorpresa mayúscula no parece que ninguno de los dos aspire ya al triunfo, porque son muchos y de talla los aspirantes que tienen por delante (McIlroy (-12) también anda por ahí metido), pero en un WGC los objetivos son abundantes y generosos, tanto en metálico como en puntos del ranking mundial. Toca mañana una estampida hacia adelante de la Armada después de pasar esta tarde por el taller en el putting green…

Resultados WGC HSBC Champions