No se despeja la incógnita sobre Tiger Woods. Aún no se sabe a ciencia cierta si podrá jugar el WGC Cadillac Championship.
La última novedad es que el Número Uno no llegará a Doral hasta mañana miércoles, como muy pronto. Novedad pequeña, pero muy importante.
La noticia fue confirmada por su agente, Mark Steinberg. No esperen a Tiger el martes, no irá seguro, está centrado en su recuperación, dijo. Así las cosas, lo único que sí se sabe al ciento por ciento es que si Woods juega finalmente el Cadillac lo hará con un conocimiento mínimo del nuevo Blue Monster. Como máximo, podrá jugar ya 18 hoyos antes del torneo, y veremos si puede hacerlo o prefiere reservar su espalda para el jueves. No hay que descartar que lo juegue a ciegas, o que simplemente se haga el recorrido andando, para al menos ver los cambios del campo con sus propios ojos.
Doral cruza los dedos y confía en la recuperación del Número Uno. Están los cincuenta mejores jugadores del mundo aquí en Miami y, evidentemente, la ausencia de Woods sería un revés importante para Cadillac y los WGC. Pero el más preocupado de todos es Donald Trump. El millonario dueño del complejo quiere que el mundo vea su faraónica obra por la que ha desembolsado 250 millones de dólares (terrenos incluidos) y sabe que sin Tiger la repercusión será menor.
Otro que está muy pendiente de la espalda de Tiger es Adam Scott. El australiano tiene la oportunidad de superar a Woods en el ránking mundial y colocarse por primera vez en su carrera en todo lo alto. Si no jugara, Scott sería Número Uno ganando aquí el domingo.
