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La estrategia de Jiménez, un caballo llamado Rerouted y el pelo del green

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"Muchos se preguntaban: “¿Qué hace aquí un cuarentón viéndoselas con jugadores a quienes dobla la edad?”.

Cambia el viento en Tucson. Desde primera hora está soplando con más fuerza que ningún otro día. Un factor más que se une a una apasionante jornada de octavos marcada por ese duelo entre Rory McIlroy y Miguel Ángel Jiménez. Ayer le hacían la pregunta del millón al malagueño…

“¿No crees que en match play puede ser una ventaja pegar siempre primero a green?”. Miguel, con cara de póker, responde: “Es cierto que no es una mala idea tirar primero en un formato como match play, no lo es. Pero no me importaría tirar en segunda posición si tengo un wedge en las manos. Así, sería mucho mejor”, explica el jugador español.

Sea como fuere, beneficie o no, lo cierto es que forma parte de la estrategia. Jiménez, si contamos el duelo de hoy contra McIlroy, se ha enfrentado a tres jugadores que van considerablemente más largo que él. Así las cosas, el segundo tiro, tanto frente a Sergio García como frente a Keegan Bradley, lo pegaba primero el andaluz. Esto permite meter presión al oponente. Claro está que hay que pegar un buen tiro, eso es de perogrullo, pero forma parte también de un juego tan mental como el match play. Por momentos, si juegas bien, te permite tener la sensación de que tú llevas las riendas y tu rival va a remolque.

Miguel estaba feliz tras eliminar a Keegan Bradley y ahora va a por todas ante McIlroy. “Es fantástico estar en la tercera ronda. Estoy muy contento. He jugado muy bien, pegando los tiros que necesitaba. Ahora veremos qué pasa contra McIlroy”, resumió.

Además, María Acacia López Bachiller nos sirve estas declaraciones del jugador malagueño tras la ronda de ayer:

“Aquí sigo, vivito y coleando en el Accenture Match Play, aunque muy pendiente de cómo progresa el Open de Andalucía Costa del Sol. Sé que nadie –o mejor dicho muy pocos- daba un duro por mí y la gente pensaba que me eliminarían en la primera ronda; por cierto, salí a jugar encantado pensando que un español sobreviviría. Muchos se preguntaban: “¿Qué hace aquí un cuarentón viéndoselas con jugadores a quienes dobla la edad?”.

“Hoy me toca jugar contra McIlroy, número dos del mundo y un hueso duro de roer, aunque saldré con la misma ilusión y ganas que siempre; y, sobre todo, trataré de disfrutar, que para mí es lo esencial. Espero, y ojalá sea así, que me quede cuerda para rato. En match-play todo puede suceder, y veremos qué nos depara el futuro”.

Bradley, por su parte, justifió su derrota ante la falta de acierto en los greenes. “Me encanta el match play, ha sido muy divertido. Me habría gustado hacerlo mejor, pero… No patee muy bien y eso es clave”, señala.

Tiger Woods no estaba nada contento tras la derrota frente a Nick Watney. Una vez más cargó todas las tintas contra los greenes y su putt. En Abu Dhabi ya se quejó de que las superficies eran muy granulosas, en Pebble Beach aseguró que nunca fue capaz de leer bien las caídas y ayer señaló que los greenes de Ritz Carlton tienen mucho pelo y manda en exceso en la línea. “Los greenes tienen mucho pelo y son difíciles de leer. El putt del 17 era muy franco. Lo había visto bien, pero al final el pelo se llevó la bola a la derecha. Me quedé perplejo. Es chocante”, señaló.

Eso sí, no todos están de acuerdo con Tiger. McIlroy, por ejemplo, afirma que “los greenes están bien. Siendo honesto, yo me encuentro cómodo leyéndolos”. Aquí, como en todo, la risa va por barrios.

Pese a todo, la gran preocupación de Tiger está en su técnica de putt. Sabe el problema, pero de momento no consigue corregirlo. “Bloqueo el putt hacia la derecha. He pegado bien a la bola, estoy contento, pero no he metido los putts que tengo que meter. Tengo que trabajar en el putt. Necesito sentir el movimiento a través de las manos y ver qué libero el golpe para no abrir el palo. Tengo que volver a atrás”, explicó.

Lee Westwood era un hombre muy feliz ayer nada más acabar su partido contra Robert Karlsson. Por primera vez en su carrera, está en tercera ronda en el Accenture. Felicidad justificada. Además, tiene la opción de ser Número 1 del mundo. Casi nada. No obstante, lo que más ha llamado la atención de Westwood esta semana es que antes de la vuelta del jueves estuvo viendo un vídeo en su reproductor en la misma cancha de prácticas. ¿Alguna técnica de última hora? ¿Algún secreto? Nada de eso. “Estaba viendo correr a mi caballo Rerouted en Dubai. Acabó segundo, es bueno, pero no gana. Al menos queda segundo y es algo con lo que yo puedo simpatizar”, afirmó entre risas.