En Alemania, exactamente igual a como va a ocurrir en España con la puesta en marcha de varias fases para el desconfinamiento por provincias en función del desarrollo de la epidemia de coronavirus COVID-19, las medidas de protección difieren de un estado a otro. En Bremen, por ejemplo, las instalaciones deportivas se pueden utilizar ya para «deportes de bajo contacto». Mientras que los vecinos de la Baja Sajonia aún tendrán que esperar algún tiempo más.
Esta situación ha provocado una increíble historia en el Club de Golf de Bremen, cuyos hoyos del 1 al 9 están situados en territorio de la Baja Sajonia, y por tanto deben estar cerrados, mientras que del 10 al 18 pertenecen a Bremen y pueden ser utilizados ya bajo estrictas medidas de higiene.
«Es una situación muy extraña y la preparación nos ha exigido mucho trabajo mental», aseguró el presidente del club, Ralph Bünning, en una entrevista reciente. La semana pasada trabajó hasta ocho horas al día en el diseño de un protocolo para que el club permitiera a sus miembros jugar al menos los nueve segundos hoyos y para evitar que incluso accidentalmente se cometiera alguna ilegalidad, que hubiera desencadenado la clausura total del recinto.
Pero sus esfuerzos han valido la pena. Todos los días, 120 socios pueden utilizar la mitad de las instalaciones del club durante 10 horas. Tienen que reservar sus horas de juego mediante un procedimiento electrónico, aunque aún hay miembros a los que les cuesta entender el hecho de no poder jugar los hoyos del 1 al 9: «Somos un club de Bremen, después de todo. ¿Por qué no podemos jugar la mitad del campo?».
Esta mitad del campo está acordonada con una cinta, marcando la frontera con la Baja Sajonia, donde aún hay que tener paciencia mientras se termina de controlar la epidemia. Mientras tanto, manteniendo siempre la distancia de seguridad necesaria y cumpliendo todos los protocolos de higiene, los socios del club pueden al menos volver a jugar, aunque sea del 10 al 18, los hoyos más difíciles del campo.
