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La previa del Cadillac nos la hace un gurú…

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Si paseas por el putting green del Blue Monster y te encuentras con un tipo como Jorge Parada, inevitablemente, te entran unas ganas terribles de tumbarte a la bartola y decir, señores, hoy, la previa del WGC Cadillac nos la va a hacer él. Un lujo.

Este joven gallego pasa por ser uno de los entrenadores de moda en Estados Unidos, un gurú. Sus éxitos lo avalan. Jonas Blixt firmó la mejor temporada de su vida en 2013 bajo sus consejos y ahora, Anna Nordqvist, se acaba de reencontrar con la victoria apenas dos meses después de empezar a trabajar con él. Es un estudioso, se empapa todo el golf que cae en sus manos, PGA Tour, European Tour, Asian Tour, lo que sea… Es analítico, amante de las estadísticas y un enamorado de la parte emocional del golf.

Así que, lo dicho, le cedemos la palabra. Le pedimos que nos analice cómo ve a los tres españoles presentes en este Cadillac que empieza hoy, Sergio García, Gonzalo Fernández-Castaño y Miguel Ángel Jiménez. Muy interesante, no se lo pierdan.

Además, le apretamos con tres predicciones: ¿Ganará Tiger Woods un grande en 2014? ¿Quién acabará el año como Número Uno? ¿Quién ganará esta semana? Ya les decimos que Parada es un gallego atípico, porque se moja, y se moja bien, con fundamento.

– Seguimos con nuestra charla con Jorge Parada y nos fijamos en un artilugio que está junto a él en el putting green. Es una especie de tobogán, una gran caída de una montaña rusa. El nombre del aparato, así, de primeras, apunta maneras: The Perfect Putter. Preguntamos.

Resulta que se trata de un invento patentado por un profesional español, gallego para más señas, que se llama Ramón Bescansa. Parada nos hace una demostración sobre el putting green y el asunto causa furor. Se acercan representantes de marcas, Golf Channel, la televisión local y hasta algún caddie, todos quieren saber qué es y cómo funciona.

Como su propio nombre indica es el putt perfecto. Está construido de tal manera que, una vez alineado al hoyo, si dejas caer por el tobogán una bola, y otra, y otra, y todas las que quieras, éstas acaban entrando por todo el centro. Una vez comprobado que esa es la línea, se trata de colocar en el camino varias pequeñas porterías de metal, se retira el artilugio y se coloca el jugador con el putt. Si consigue atravesar las porterías, la pelota acabará en el hoyo. «Con tres porterías es casi imposible hacerlo, porque tienes que dar la fuerza exacta y acertar con la línea. Creo que Jonas Blixt lo intentó unas setenta veces y consiguió embocar una», señala. Hablamos de putts de unos 5-6 metros. Parada explica que «normalmente hay que trabajar con dos o una portería, porque si no el jugador se frustra, pero es muy bueno para coger sensaciones. Si la metes sabes que has tirado el putt perfecto, no tienes dudas, y cuando quitas las porterías, te quedas con la sensación de que es mucho más fácil porque lo ves más amplio». Aquí les dejamos una demostración de cómo funciona el artilugio.

– ¿Saben quién es Ralph Brown? Nosotros hasta hoy mismo, tampoco. Pues habrá que ir espabilando porque estamos hablando del Número Uno del mundo, nada menos. ¿Cómo? Tal cual. Ralph Brown es uno de los sobrenombres que utiliza Tiger Woods cuando va a recoger los coches de cortesía en los aeropuertos. Lo hace para evitar aglomeraciones o que alguien pueda dar la voz de alarma de que él será el siguiente en pasar por la oficina. No lo olviden, Ralph Brown, un buen nick para Twitter o para un juego consola…

– Adam Scott puede salir del Cadillac como Número Uno del mundo. Les recordamos las condiciones: tiene que ganar y que Tiger Woods acabe por debajo de la séptima posición. En este sentido, Tiger comentó ayer que el gran cambio que ha permitido a Scott situarse en lo más alto del ránking mundial es su manera de encarar las grandes citas. Mientras, el australiano no se esconde, y se agradece: «el Número Uno sería un sueño hecho realidad. Ojalá pueda conseguirlo, mentiría si dijera que no pienso constantemente en ello, por supuesto que es una motivación añadida esta semana».