Miguel Ángel Jiménez no se prodiga mucho por Estados Unidos. Prefiere su Europa, su España, su Málaga… Sin embargo, cada vez que pisa la tierra del ‘Tío Sam’ se convierte en uno de los focos de atención para los aficionados, compañeros y, por supuesto, periodistas…
Ha sido de los primeros en llegar a Tucson, donde esta semana los 64 mejores del mundo se disputan el Mundial Match Play Accenture. Su figura no pasa desapercibida. Uno de los medios locales, el Arizona Daily Star, le dedica algunos elogios. “Amamos el golf, amamos a Miguel Ángel Jiménez”, aseguran.
Fue de los primeros en pisar la cancha de prácticas y ya nadie le podía quitar ojo. Hace sus peculiares swing de prácticas con el driver y, mientras, por supuesto, va comsumiendo, poco a poco, uno de sus inseparables puros.
Jiménez representa el sueño americano del golf. Un tipo humilde, que empezó trabajando de caddie, al que nadie le ha regalado nada y que ha sabido conjugar sus éxitos profesionales con su vida personal. Despierta admiración en el nuevo continente porque allí respetan a los jugadores que son capaces de mantenerse al máximo nivel con el paso de los años.
No es un rival directo de Tiger Woods, aunque en sus visitas a Estados Unidos suele moverse por los puestos altos. Cae simpático por su figura, por su inglés, por su trato con los demás golfistas… Ya lo definieron en el país de las oportunidades como el mejor jugador del mundo no conocido. Y sigue despertando admiración.
El Arizona Daily Star lo define a la perfección. “Igual se fuma un puro, que acaba su sesión de prácticas comiéndose una manzana”. Es la mezcla perfecta…
El malagueño no es el único español del que están pendiente fuera de nuestras fronteras. En Australia analizan el partido entre Sergio García y ‘su’ Jonathan Senden, y auguran grandes emociones: “es el enfrentamiento entre el corazón latino de Sergio y la serenidad y frialdad de Senden”, aseguran.
Justin Rose fue el primero en salir a la cancha de prácticas. Tiger apareció también el lunes y se le pudo ver. Eso sí, lo poco que pudieron dejar los hombres de seguridad que lo acompañan.
