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Un alucinante guiño de la historia once años después

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Azahara Muñoz y Carlota Ciganda. © Tristan Jones
Azahara Muñoz y Carlota Ciganda. © Tristan Jones

Corría el 4 de junio de 2006, nos situamos en el campo de golf de Ulzama, última jornada del Campeonato de España Individual Femenino. Duelo al sol. Unas jovencísimas Azahara Muñoz (19 años) y Carlota Ciganda (16 recién cumplidos) salen en el partido estelar. Son el futuro del golf español, todo el mundo lo sabe, y se juegan la victoria en un apasionante mano a mano.

Azahara sale como líder con un golpe de ventaja sobre Carlota tras una sensacional tercera vuelta. La malagueña hizo 68 golpes, mientras que la navarra, que jugaba en casa, en su campo, y que fue la dominadora del torneo hasta ese momento, firmó 72. El título era cosa de dos, ya que la tercera clasificada, María Hernández, estaba a diez golpes de Azahara.

El escenario no podía ser mejor. Las dos grandes promesas del golf femenino español disputándose el título nacional absoluto amateur en casa de una de ellas. La batalla final fue fantástica. Se recuerda como un duelo de poder a poder que se acabó llevando Carlota con tres golpes de ventaja sobre Azahara, merced a una muy buena ronda final de 70 golpes. El título se quedó en casa. Fue el primero de los tres consecutivos que ganó Ciganda.

La historia, caprichosa y muchas veces extraordinaria, ha decidido lanzar un emocionante guiño esta semana en el Open de España. Once años, tres meses y veinte días después, Azahara Muñoz y Carlota Ciganda, hoy absolutas y portentosas realidades del golf español y mundial, saldrán un domingo en otro partido estelar para disputarse mano a mano la victoria. El guiño es tan impresionante que hasta ha querido que sea en Guadalmina, la casa, el campo, de Azahara Muñoz. Las dos saldrán, en esta ocasión, empatadas tras una preciosa exhibición en los segundos nueve hoyos del sábado.

Azahara Muñoz, durante la tercera ronda del Open de España. © Tristan Jones
Azahara Muñoz, durante la tercera ronda del Open de España. © Tristan Jones

Azahara tendrá la oportunidad de cumplir con su particular revancha de lo que ocurrió hace once años, aunque Carlota no se lo va a poner nada fácil. Será otro duelo de poder a poder. La malagueña ha recuperado su mejor juego justo a tiempo y un buen ejemplo ha sido ese sensacional híbrido 5 suave que ha pegado en el 18 para dejarse una clara opción de eagle que después embocaría. O ese extraordinario putt de birdie en el 14, con una línea cuesta abajo absolutamente endiablada.

Carlota Ciganda, durante la tercera ronda del Open de España. © Tristan Jones
Carlota Ciganda, durante la tercera ronda del Open de España. © Tristan Jones

Carlota no se lo va a poner nada fácil. Quiere ese torneo como si fuera el anillo para Golum. Sería la guinda a un palmarés estratosférico en España. Y encima está jugando muy bien. Sus nueve segundos hoyos han estado repletos de emoción, determinación y buenos golpes. Ha tenido paciencia y ha recogido sus frutos. Ha jugado de libro los dos últimos pares 5. Su segundo golpe en el 17 demuestra su poderío como golfista. Ha llegado de dos con una madera 3 a algo más de 220 metros, cuesta arriba. La ha dejado en el antegreen a la altura de la bandera. Un golpe mayúsculo que está al alcance de muy pocas. Después, pegaba una salida fabulosa en el 18 y tiraba de dos a green con un hierro 9. Potencia total.

“Qué más se puede pedir. Es el final de torneo soñado”, admitían las dos nada más firmar firmar sus respectivas tarjetas tras un final apoteósico. Y que ustedes lo digan…

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