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Del subidón, al tierra trágame: Noemí Jiménez

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Noemí Jiménez recoge la bola del hoyo después de hacer uno de los eagles en Kenia. © Tristan Jones

(Serial para despedir 2019. Nuestros profesionales nos cuentan su peor y su mejor momento del año. Del subidón, al tierra trágame. Hay de todo, como en botica).

Noemí Jiménez, golfista que ha terminado el año entre las cincuenta mejores del Ladies European Tour, sitúa sus dos anécdotas en Kenia y España. En el fondo, ambas están estrechamente relacionadas. La actitud, como parte esencial del juego.

El subidón:

El mejor momento del año ha sido sin duda en Kenia, en el último torneo de la temporada. Diría incluso que hubo varios subidones esa semana. El primero fue el viernes, el segundo día, cuando metí un putt de once metros para pasar el corte.

Pero el más importante llegó en la tercera jornada… En el hoyo 7 hice tres putts que me dolieron bastante y con esas me tocó encarar el hoyo 8, un par 3 complicado, con bastante agua. Es donde más problemas he tenido este año, más desconfianza y la cabeza empezó a girar… “Ya verás, que después de fallar este putt ahora tengo el par 3…”. Ahí andaba con mis pensamientos negativos hasta que dije: “basta”. Se acabó. No vas a hablar mal de nada más y mucho menos de tus golpes. Estás pegando muy bien a la bola, así que vamos a pegar un gran tiro a green y va a salir genial. Y así fue. Salió un golpe muy bueno.

Y para que veáis cómo la vida premia la buena actitud, en el hoyo siguiente, el 9, tenía 125 metros a la bandera, cogí el hierro 8, bandera escondida a la derecha, larga… Pegué el golpe y dije, cuidado, va buena, va buena, va buena… Dio un bote, había un talud, la bola dejó de verse, empezó a rodar y… ¡¡¡dentro!!! Fue un eagle y yo no me di cuenta hasta que escuché al público, que empezó a levantarse, aplaudir, aunque no estaba segura… Igual había rozado el hoyo, no sabía mada. Ni yo misma me lo llegaba a creer. Cuando me acerqué, ya vi que estaba dentro. Subidón.

Después, en el hoyo 15, par 5, a 75 metros, ya estaba con más confianza en mí y volví a hacer otro eagle. Hice una vuelta de seis bajo par, la mejor del año y me dio mucha confianza.

Tierra, trágame:

Han sido varios porque este año he tenido altibajos. Seguramente, lo peor fuera en La Reserva o en Terramar, dos torneos que se jugaron en España y terminé los dos con algún doble bogey en la segunda vuelta para no pasar el corte por una. Y también me acuerdo de la clasificatoria del British Open. Iba jugando bastante bien, con un parcial de cuatro bajo par, y firmé un doble bogey en un par 3 para quedar fuera por uno.

Son momentos que no me gustaron, no tanto por fallar el golpe, como por la desconfianza con la que pegué esos tiros, aunque por suerte diría que se ha corregido bastante en Kenia. Al final, la línea entre un buen golpe y un mal golpe es tan delgada que es clave tener buena actitud y recordar todo lo bueno que eres capaz de hacer.