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Una tarjeta con nocturnidad y alevosía

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Hay experiencias que marcan a fuego. Laura Cabanillas puede hablar hoy largo y tendido sobre el asunto…

Han pasado apenas unas horas desde que la golfista malagueña asegurara la tarjeta del Circuito Europeo Femenino después de un heroico desenlace con cuatro hoyos de playoff. No lo olvidará fácilmente.

“Ha sido muy duro y muy largo, pero seguro que haberlo logrado con tanto sufrimiento me ayuda a valorar más lo que significa tener la tarjeta del Circuito Europeo”, reflexiona Laura a Ten-Golf, ya desde su casa de Málaga.

La jugadora de Benahavis tiene una amplia experiencia en el Circuito, pero era casi una novata en esto de la Escuela. “La jugué hace nueve años, cuando me hice profesional y desde entonces no había vuelto a ir. Aquí tengo que decir que me ha ayudado muchísimo Manolo, que sí sabe perfectamente lo que significa la Escuela”, explica. Se refiere a Manolo Quirós, profesional también de Benahavis, pareja de Laura, y que este año igualmente ha conseguido la tarjeta del Circuito Europeo mediante la Escuela. Tras siete largos y duros días en el PGA de Catalunya, Quirós no dudó en colgarse a bolsa al hombro y acompañar a Laura en su final. El resultado ha sido un éxito. “Es un lujo tener a tu lado a un profesional del Circuito Europeo dándote consejos”, remata Laura.

Laura se mete en el desempate final merced a un birdie en el hoyo 18. Sin embargo, el clímax se alcanza en esos últimos cuatro hoyos de alargue. Eran cuatro jugadoras y sólo una tarjeta en juego. “Se jugaban el 7, 8 y 9 y yo no empecé demasiado bien. Mi salida se marchó al rough y tuve que jugar un hierro 6 a green, mientras las otras tres tenían el 52 grados en las manos. Mi bola se quedó a ocho metros, hice dos putts y saqué el par. Me podía haber quedado aquí, pero ninguna de las otras jugadoras (Helena Blomberg, Kyra Van Leeuwen y Connie Chen) hacían el birdie. La acción seguía en el 8. Aquí fue uno de los momentos clave. Vuelvo a salir al rough, pero pego un muy buen hierro 8 a cinco metros de bandera. Primero patea la sudafricana y falla. Después voy yo y la meto y Kyra también la mete. Helena falla. Nos quedamos solas Kyra y yo y jugamos el 9. Hacemos el par. Apenas había luz ya. Yo creo que era el último hoyo que se podía jugar. Volvimos a jugar el siete y yo pegué una madera 3 muy buena, al centro de la calle. Kyra, sin embargo, se fue a los árboles de la izquierda. De segundo, pegué un buen hierro 8 a tres metros de bandera cuesta arriba. Kyra la dejó a dos metros para par. Yo fallé el putt y ella también y conseguía la tarjeta. Estoy muy contenta”, afirma. Ya ven, una tarjeta lograda con nocturnidad y alevosía.

Laura empezó mal la final de la Escuela. Los dos primeros días pegó algunos golpes malos y la sacaron del juego. “Me enfadé mucho y no tuve una buena actitud. Estuvimos hablando y dijimos o cambias de actitud o te vas a casa. Así de fácil. Y el tercer día jugué muy bien. Soplaba mucho viento y firmé la mejor vuelta del día. Ya me metí arriba y el cuarto y el quinto día también jugué súper bien, pero no me acompañó el putt. ¡¡El quinto día hice 35 putts!!”.

Ha sido un año difícil para la española, pero ha conseguido sacarlo adelante en el último momento y esto le ha permitido sacar algunas conclusiones. “He sacado en claro que este año voy a jugar muchas más ganas y motivación. Voy a pensar muy bien el calendario y a cada torneo que decida ir lo haré con la mejor actitud y muy bien preparada. Lo que no voy a hacer es jugar por jugar”, remata Laura.